Aficionados americanistas celebran el tricampeonato en Tlaxcala
GUADALAJARA, Jal,. 8 de agosto de 2021.- ¡Adiós, Tokio 2020! ¡Hola, París 2024! La justa veraniega en Japón ha llegado a su fin, dando el cerrojazo a 17 días de competencia en el que los atletas se entregaron al máximo para representar dignamente a sus naciones. Ahora, la justa veraniega en Tokio ha quedado atrás y a tres años de distancia, los aros olímpicos le hacen el guiño a la próxima sede: París 2024.
El presidente del Comité Olímpico Internacional, Thomas Bach, ondea la bandera de los Juegos Olímpicos y se la cede a la Alcalde de París, Anne Hidalgo, quien la toma con responsabilidad y orgullo, para lo que va a ser esa justa olímpica en tierras francesas, mientras en el fondo lucen los colores de la bandera gala y la famosa Marsellesa, himno de Francia.
Las notas de la romanza francesa se tocan directamente desde Francia y en una estación espacial interpretada por un astronauta, hasta tener como escenario el mítico Museo de Louvre, el techo del Estad de France, en Saint-Denis, pasando por Notre Dame, donde los mejores deportistas del orbe escribirán nuevas páginas de historia. La plaza de la Concordia y desde luego, la Torre Eiffel que iza desde las alturas, junto al Río Senna, la bandera de la siguiente cita de verano, teniendo como testigos a miles de ciudadanos franceses y a los atletas que buscarán emocionar al globo terráqueo.
Esta es la primera ocasión que no se hace el cambio de sede desde el estadio de los actuales Juegos, debido a la problemática sanitaria que se vive en el planeta y es a distancia, desde la tierra donde emanarán las emociones, proezas y Hazañas, que el presidente Emmanuel Macrón lanza el mensaje: “más alto, más fuerte, más rápido” y en una pantalla, desde Europa, Francia agradece a Tokio por el evento entregado este verano.
“Thank You Tokio. Merci Tokio”. Es París, donde nace el olimpismo moderno donde del 26 de julio al 11 de agosto del 2024 los atletas irán en busca de imponer nuevas marcas y hacer de esos Olímpicos, un evento que se quede guardado para la eternidad.