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TLAXCALA, Tlax., 2 de noviembre de 2024. En las calles de Tlaxcala y Chiautempan, el sonido de las aves en jaulas es cada vez más raro. La venta de pájaros, una actividad que durante décadas fue parte del paisaje urbano en diversos rincones de México, está en franco declive. Los factores detrás de esta disminución incluyen la deforestación y el impacto ambiental en los cerros, que ha reducido las especies disponibles y afectado directamente a quienes se dedican a esta práctica.
José, un hombre de Zacatlán, Puebla, es uno de los últimos vendedores de pájaros en esta región. Con esfuerzo, carga jaulas que resguardan a Calandrias y Zenzontles, las especies que aún logra capturar en las montañas de su lugar natal. José recorre las calles de Chiautempan ofreciendo sus aves, las Calandrias a un precio de 400 pesos y los Zenzontles a 600, cada vez con menos clientes y menos aves en sus manos.
Este oficio se enfrenta a la extinción debido al deterioro ambiental y la disminución de especies silvestres en los bosques de Puebla y Tlaxcala. Sin embargo, para José, vender pájaros no es solo un medio de vida, sino también una tradición que ha pasado de generación en generación. La desaparición de esta actividad parece inminente, lo que marca el fin de una práctica tradicional que durante años ha formado parte de la cultura de la región.