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CIUDAD DE MÉXICO, 8 de septiembre de 2019. — El sistema de alimentación industrializado ya es insostenible en el mundo debido al agotamiento de recursos naturales, la saturación de entornos, el impacto en la salud y nutrición humana, como sobrepeso y obesidad, además del desencadenamiento de enfermedades crónicas, afirmó en la UNAM Nicolas Bricas, titular de la Cátedra UNESCO Alimentación del Mundo.
Otras consecuencias son la pobreza y la desigualdad social, así como la erosión de la diversidad cultural, dijo al dictar una conferencia magistral en el marco del seminario internacional “Tópicos de frontera en la Sustentabilidad”, iniciativa organizada por la Coordinación Universitaria para la Sustentabilidad.
El socioeconomista de alimentos expuso que el mundo se encuentra en una paradoja, pues algunos países que más producen alimentos son los peor alimentados.
Además, “el mundo produce más calorías de las que necesita y los ciudadanos no tienen el peso político para modificar el sistema alimentario, pero sí pueden reducir el consumo de productos de origen animal y los residuos”.
Localismo cosmopolita
Para llegar a una alimentación sostenible, Nicolas Bricas propuso el empoderamiento de los consumidores, el apoyo a los pequeños proyectos alternativos y la relocalización de los sistemas alimentarios.
Se debe insistir en la relocalización de la alimentación, porque cada vez hay más intermediarios entre los productos y los consumidores; estas distancias generan ansiedad, incertidumbre y desconfianza entre los consumidores, expuso.
En el auditorio de la Unidad de Posgrado, comentó que las culturas de la alimentación son culturas vivas, y no debe haber ‘racismo alimentario’. “Es necesario renovar la relación con los agricultores, mediante el reconocimiento y apoyo a su trabajo, sin olvidar lo que sucede afuera, más allá de las fronteras. Lo que se requiere entonces es el denominado ‘localismo cosmopolita’”.
Finalmente, remarcó que se deben multiplicar y apoyar a los pequeños proyectos alternativos locales para que la población no se sienta excluida en la construcción de su sistema alimentario.
“Sobre todo, hay que trabajar las políticas en la materia desde la academia, y con los jóvenes, para erigir y garantizar su futuro en este rubro”.