Da comienzo el Proceso Electoral Federal 2020-2021
TLAXCALA, Tlax., 21 de Mayo de 2018.- En la ya tradicional bajada de la virgen de Ocotlán y su parada frente al edificio del gobierno capitalino y a un costado del Palacio de Gobierno, donde está el despacho del Gobernador del Estado, el obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, replicó el mensaje del Papa Francisco a los gobernantes, llamándolos a tener dos virtudes: amar a su pueblo y humildad.
Esto previo a las elecciones del uno de julio, donde se elegirá al nuevo Presidente de la República, diputados federales y senadores del Congreso de la Unión, así como la renovación de los Congresos locales y algunas gubernaturas.
En este mensaje, el prelado tlaxcalteca recordó lo predicado por el santo padre, que los gobernantes lleven bien a su patria, nación y al mundo, con un gobierno de paz y de bien común y a los gobernados los convocó a tener participación en la construcción del desarrollo de cada país y estado.
Así, en su recorrido por las principales calles de la capital y tras visitar previamente el Hospital General para llevar el mensaje a los enfermos, en la Central Camionera para hacer lo correspondiente con los transportistas, llegó a la Catedral de Tlaxcala para la celebración de la eucaristía y llegar al Ayuntamiento capitalino y a un costado de la sede del Poder Ejecutivo del estado, emitió un mensaje a los gobernantes, mientras los católicos elevaron oraciones para que los servidores públicos cumplan con el sentido social de servicio al pueblo.
Ahí, el jerarca de la iglesia católica de la entidad, recordó el pasaje del evangelio de Lucas, donde se narra la curación del Centurión en Cafarnaúm y donde refirió “el Papa Francisco subraya dos actitudes del gobernante y de todos los servidores públicos: uno, amar a su pueblo”.
Y agregó, “un gobernante que no ama no puede gobernar, puede poner un poco de orden dice el Papa, pero no gobernar”, explicó a los feligreses frente a las sedes de los poderes públicos municipal y estatal.
Asimismo refirió, “estas son las dos virtudes de un gobernante: amor al pueblo y humildad. Así que, dice el Papa, cada hombre y cada mujer que asuma responsabilidades de gobierno debe hacerse estas dos preguntas: ¿yo amo a mi pueblo para servirle mejor y soy humilde para oír las opiniones de los demás a fin de elegir el mejor camino?”, expresó el Obispo de Tlaxcala.
Y añadió, si los gobernantes no se hacen estas preguntas, su gobierno no será bueno, toda vez que la política, de acuerdo a la doctrina social de la iglesia, es una de las formas más altas de la caridad.
De ahí que dijo, “servir al bien común, participar en el bien común, es entonces lo mejor para nuestros gobernantes, rezamos por ellos para que puedan gobernar bien, para que amen a su pueblo, para que sean humildes”, expuso.
En tanto, resaltó que los gobernantes de las naciones deben llevar bien al mundo, deben gobernar con la paz y el bien común y los gobernados con la participación.
Finalmente, en su procesión la virgen siguió su camino hasta llegar al Santuario de Ocotlán, en donde la esperaban cientos de feligreses que la recibieron con aplausos y el Obispo ofreció el acostumbrado mensaje al pueblo tlaxcalteca.