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Southampton, en la costa sur de Inglaterra, frente al Canal de la Mancha fue, desde la Baja Edad Media, un punto estratégico desde la perspectiva comercial y bélica. En ese sitio el rey vikingo Canuto el Grande derrotó en 1014 al rey anglosajón Etelredo II el Indeciso y un siglo después fue la puerta de entrada de la conquista normanda de Inglaterra. La ciudad fue saqueada en 1338 por los franceses entre los que se encontraba el pirata Grimaldi quien utilizó el botín para el establecimiento del principado de Mónaco.
De Southampton partieron hacia América en 1623 los padres peregrinos a bordo del Mayflower y ha sido el lugar desde donde han partido millones de emigrantes para iniciar una nueva vida en Estados Unidos, Canadá, Nueva Zelanda, Sudáfrica y otros sitios. De Southampton partió también, el 10 de abril de 1912 el barco mas grande, más moderno y lujoso del mundo: el Titanic.
Arrogante hasta en el nombre, según lo describe en un delicioso artículo publicado en Proceso el 15 de abril de 2012, (centenario de la tragedia) el maestro José Emilio Pacheco, con él culminaba la época de los grandes inventos: telegrafía inalámbrica, transmisión de la voz humana a través de ondas de radio, 122 mil teléfonos en uso en Gran Bretaña, primera película dramática, primer submarino, primer Mercedes Benz, primer Ford modelo T; primeros autobuses de motor, tranvías, ferrocarriles subterráneos, primer programa radiofónico con voz y música, fotografía en color, inicio de la edad de los plásticos con el celofan y la baquelita; la pluma fuente sustituía al lápiz y al manguillo.. .
El Titanic estaba diseñado para la seguridad; sus mamparas anticolisión lo hacían insumergible; funcionaba gracias a tres inmensas máquinas de vapor y una turbina y para mantenerlo en funcionamiento requería de 200 hombres y 6 mil toneladas de carbón. Estaba provisto de 16 compartimientos estancos que le servían como flotadores ante averías importantes. Era considerado insumergible.
John Pierpoint Morgan, el supermillonario inventor de las transnacionales y (según Pacheco) uno de los dueños de México estaba obsesionado en que su White Star Line le ganara la carrera a la Cunnard cuyo barco insignia, el Lusitania, había logrado en 1906 cruzar el Atlántico en menos de seis días.
Nadie imaginaba que cuatro días después de su partida el gran transatlántico, la corona de la Edad de Oro, se hundiría en el Atlántico Norte después de rozar (no fue choque) un iceberg que desgarró el costado del barco bajo la línea de flotación a lo largo de los seis primeros compartimientos estancos; el agua entró a raudales y comenzó a hundir la proa. Se inundó primero la sala de calderas, las dependencias del correo y los camarotes de tercera clase. Eran las 23:45 de la noche del 14 de abril de 2012.
Los botes salvavidas fueron preparados a las 12:05 (ya del día 15) al tiempo que se enviaban las señales de auxilio (la vieja C.Q.D, y la nueva S. O. S). Muchos barcos respondieron que irían en su ayuda pero el más cercano estaba a 90 kilómetros de distancia y acorralado por el hielo.
En el salón de fiestas, la orquesta, dirigida por Wallace Hartley recibió la orden de seguir tocando; tocar como si nada sucediera, sin detenerse el himno “Más cerca de ti, Dios mío” mientras la tripulación despertaba a los pasajeros y los dotaba de chalecos salvavidas. Aunque la mayoría estaba en ropa de dormir, algunos alcanzaron a vestirse con sus abrigos de pieles.
A las dos de la mañana, mientras los pasajeros luchaban entre sí y con la tripulación para alcanzar un lugar en los botes salvavidas, el mar ya inundaba la cubierta. Hubo escenas de pánico y heroísmo; algunos se abrían el camino a golpes, otros cedían su sitio y los más simplemente optaban por rezar.
A las 2.17 el Titanic quedó en posición vertical y tres minutos después se hundió y dejó un gran remolino. Quienes no murieron bajo la turbulencia dejada por el barco al sumergirse se aferraban a todo objeto flotante; unos cuantos se salvaron porque sólo un bote regresó para intentar rescatarlos. Quienes iban en el resto de las embarcaciones impidieron el regreso por el temor de que los hundieran aquellos que se mantenían a flote en las aguas heladas.
El Carpatia pudo recoger a los ocupantes de los botes y llevó a Nueva York a 711 sobrevivientes.
También en el centenario de la tragedia, Joan Manuel Serrat y Joaquín Sabina habrían cantado a duo:
Hasta que se inundó de sal el diapasón del violonchelo, la orquesta del Titanic no dejó de tocar “el fox de los ahogados, sin consuelo.. .”
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José Emilio Pacheco describe al Titanic como “un rascacielos flotante, un hotel de lujo que representaba un microcosmos de la sociedad: En primera clase los ricardos cada vez más ricardos; abajo en segunda la pequeña burguesía, clase ansiosa de status; y en el fondo, en tercera, los emigrantes pobres que cruzaban el mar en busca de un porvenir dorado en América, gran promesa de Europa”.
Al cuarto día de navegación se recibió por telégrafo, en código morse, la advertencia de que el mar estaba lleno de icebergs, no témpanos sino verdaderas montañas de hielo de las cuales solo una décima parte es visible en la superficie. El telegrafista Jack Phillips estaba ocupadísimo enviando telegrama tras telegrama de los pasajeros a sus familias y amistades. Otro barco, el California le informó también en morse : Estamos detenidos y rodeados por el hielo. Phillips respondió: “tengo mucho trabajo, no jodas”.
El barco siguió avanzando a toda máquina (40 kilómetros por hora) con todas las calderas encendidas. A las 11.40 de la noche del domingo 14 el vigía Fred Fleet avisó por teléfono al puente de mando: “Iceberg al frente”. No lo vió antes porque no llevaba prismáticos.
Según el propio Pacheco, en su viaje inaugural el Titanic llevaba cantidades asombrosas de comida: 34 mil kilos de carne, 5 mil de pescado, 40 mil huevos, 40 toneladas de papas.. . En la última cena del barco, la noche del 14 al 15 de abril, se ofrecieron entremeses, ostras, crema de cebada, salmón, medallones de filete, pollo a la leonesa, cordero en salsa de menta, pato asado con compota de manzana, solomillo de ternera, papas, chícharos, zanahorias, arroz, parmentier y papitas cocidas, ponche a la romana, pichón asado con berros, espárragos a la vinagreta, foi gras, pastel Waldorff, gelatina de durazno al Chartreuse, eclaire de chocolate y vainilla, helado francés, vino de Borgoña.. .
Tenía restaurantes franceses a la carta y, para después, alberca, gimnasio, baño turco.
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Las víctimas de la catástrofe se calculan en mil quinientas. Entre los pasajeros de tercera clase (los emigrantes irlandeses) fueron 533; contra 121 de quienes viajaban en primera y 167 de segunda; de la tripulación murieron 678 de sus miembros, entre ellos el capitán Edward Smith y el primer oficial Murdoch.
A mediados de 1985 los restos del Titanic fueron descubiertos en el fondo del mar. En su interior se halló de todo (muchos zapatos) menos cadáveres. Los peces habían devorado a los muertos.
Fue la peor tragedia marítima registrada en tiempos de paz. Y el pasado dia 15 se cumplieron 106 años de ocurrida.