INAH dona arte tlaxcalteca para exposición en España 2025
TLAXCALA, Tlax., 22 de octubre de 2018.- El tlaxcalteca Rafael Soriano y el hidrocálido Juan Pablo Herrera, fueron los triunfadores en el Festival Taurino de la Hermandad que se llevó a cabo en la emblemática plaza de toros de San Marcos en la ciudad de Aguascalientes, esto, como parte de los festejos realizados por la ratificación del hermanamiento entre los municipios de Tlaxcala y Aguascalientes.
Según boletín, en el festejo taurino se liaron seis novillos muy bien presentados de la ganadería potosina de Marcos Garfias, lo que permitió a los conocedores de la tauromaquia disfrutar de buenas faenas de las promesas que se tienen en ambas comunas.
Ante la presencia de las alcaldesas Anabell Ávalos Zempoalteca y María Teresa Jiménez Esquivel, el primer espada de este Festival Taurino fue el tlaxcalteca Gerardo Sánchez, quien además fue la última ocasión que lidió como novillero, pues el próximo tres de noviembre tomará la alternativa y quien, pese al esfuerzo realizado, se quedó solo con las palmas del respetable.
El segundo espada fue el oriundo de Aguascalientes, Juan Pablo Herrera, que se lució en el ruedo con un tercio de banderillas, con lo que logró poner a la gente de pie, ya que tuvo una labor muy meritoria con la muleta, mató muy bien al novillo, lo que le permitió cortar una oreja.
El tercero fue el también tlaxcalteca Alan Corona, con un gran novillo con el que pudo expresarse, pero debido a que pinchó, todo quedó solo en el reconocimiento de las palmas.
El tercer turno fue para Paola Hernández, la niña hidrocálida que estuvo con muchas ganas haciendo quites, a la hora de tirarse a matar desarmó al toro, pero éste le hizo hilo y en su caída, el toro le pegó con la pezuña en el mentón, le hizo una herida y quedó con pronóstico reservado, aunque ya se reportó fuera de peligro.
La actuación de Rafael Soriano fue con el novillo más complicado de la tarde que, pese a lo complicado logró agradar a la gente e hizo una faena inteligente, mató al toro de media estocada, lo que le permitió cortar una oreja.
El último de la Novillada de la Hermandad fue Jorge Esparza con el novillo más grande, en una actuación con muchas ganas pero que perdió las orejas, debido a que pinchó a la hora de matar.