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CIUDAD DE MÉXICO, 9 de julio de 2017.- Gracias a una técnica propia de tomografía de resistividad eléctrica tridimensional (TRE-3D) para estudiar el subsuelo de grandes monumentos históricos, única en el mundo, científicos del Instituto de Geofísica (IGf) y de la Facultad de Ingeniería (FI) de la UNAM elaboran una imagen tridimensional del subsuelo de la Pirámide de la Luna, en Teotihuacán, sitio poco explorado hasta ahora.
El primer resultado de este trabajo, explicaron René Chávez, del IGf, y Andrés Tejero, de la FI, es el hallazgo de lo que podría ser un túnel bajo la Plaza de la Luna, que se dirige hacia la parte baja de la estructura piramidal, detalló la máxima casa de estudios en un comunicado.
Desde el 2015, los expertos de la UNAM colaboran con el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) en estudios similares en Chichén Itzá, donde descubrieron una segunda estructura al interior de la Pirámide de Kukulkán, además de un cenote que se encuentra por debajo de ésta.
Por invitación de Verónica Ortega, del INAH y encargada del proyecto en la Plaza de la Luna, en junio pasado los expertos comenzaron a hacer mediciones en el lugar.
“Primero estudiamos la Plaza de la Luna, con una metodología 3D, colocando perfiles interconectados que nos permitieron definir la existencia de estos túneles y saber las características que tenían. La segunda parte fue un desafío para nosotros como geofísicos, pues tuvimos que rodear la Pirámide de la Luna para caracterizar el subsuelo y saber si bajo la estructura había algún tipo de cuerpo de interés para los arqueólogos”, explicó Chávez.
El reto que el equipo enfrentó en Teotihuacán fue realizar mediciones en un área superior a la de Kukulkán, en donde se utilizaron 76 electrodos para un área de 75 metros por lado. Ante la situación, Alejandro García, de la FI, así como Gerardo Cifuentes, Juan Esteban Hernández y estudiantes de posgrado del IGf y de la licenciatura de Ingeniería Geofísica de la Facultad de Ingeniería, tuvieron que hacer adaptaciones en el arreglo de electrodos para cubrir un área de casi 150 metros por cada lado.
El posible túnel, dado a conocer por el INAH en días pasados, pudo ser inferido en una de las primeras interpretaciones preliminares de una secuencia de datos adquiridos en la plaza. Actualmente los universitarios realizan el análisis de datos obtenidos bajo la Pirámide de la Luna, añadió Chávez.
En estas secuencias “se alcanza a ver una estructura con dirección Norte-Sur, y que parece dirigirse hacia la pirámide, con una profundidad aproximada de ocho metros”, detalló.
El especialista expuso que tan solo debajo de la Pirámide de la Luna deben analizar cerca de 10 mil puntos de observación y, posteriormente, correlacionar los datos obtenidos en ambos sitios (la plaza y la pirámide). Por lo tanto, estimó que en un par de meses tendrán una idea más clara y el estudio que podría corroborar si la estructura se dirige hacia abajo de la pirámide.
Posteriormente, enfatizó, el INAH sería quien haga las excavaciones correspondientes para confirmar los resultados obtenidos con los estudios de TRE-3D.
Al respecto, Andrés Tejero resaltó que la posible existencia del túnel es muy importante, pues podría ofrecer más información sobre la cultura teotihuacana. Lo que se descubra en el sitio se podría comparar con otros hallazgos hechos bajo el templo de Quetzalcóatl.
Los investigadores esperan que este trabajo abra más puertas a estudios en las pirámides mexicanas para ampliar el conocimiento de nuestra historia.