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A veces uno llega ante una puerta y se abre
LOS ANGELES, 30 de diciembre de 2017.- Ha encarnado a dioses, criados y al caníbal más famoso del cine: Hannibal Lecter. El británico Anthony Hopkins es uno de los actores de Hollywood con mayor capacidad de transformación, y aunque mañana cumple 80 años no parece pensar en jubilarse.
De acuerdo con la infirmación de La Jornada, se menciona que hace pocas semanas irrumpió en la gran pantalla con barba y parche metálico, convertido en el dios Odín, en Thor: Ragnarok. Pocos meses antes lo hizo junto a Mark Wahlberg en la película de robots Transformers: The Last Knight, donde interpreta a un distinguido noble inglés. Éste es un ejemplo más de la habilidad camaleónica de Hopkins. En la epopeya bíblica Noe se transformó en Matusalén y en Hitchock encarnó al maestro del cine de suspenso.
Con papada, calva y kilos de más, su similitud con la imagen del director durante el rodaje de Sicosis es casi estremecedora. Los papeles inquietantes siempre se le han dado bien. Su trabajo como el sicópata Hannibal Lecter en El silencio de los inocentes le valió un Oscar a mejor actor en 1992, aunque sólo aparece 16 minutos en pantalla. El duelo sicológico y verbal entre el caníbal y la agente del FBI interpretada por Jodie Foster es ya historia. Se le considera una leyenda, pero él atribuye su éxito a la suerte que ha tenido en la vida. Nunca tuvo una gran ambición, contó recientemente a la revista Men’s Health. En ocasiones uno llega ante una puerta, tiene suerte y se abre
, explicó.