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MIAMI, 24 de junio de 2021.- La Academia Latina de la Grabación anunció hoy que Martinho da Vila (Brasil), Emmanuel (México) Sheila E & Pete Escovedo (USA), Fito Páez (Argentina), Milly Quezada (RD), Joaquín Sabina (España) y Gilberto Santa Rosa (Puerto Rico), recibirán el Premio a la Excelencia Musical 2021.
El Premio del Consejo Directivo de la Academia Latina de la Grabación, será otorgado al productor y compositor mexicano Guillermo “Memo” Acosta; el colombiano, Egidio Cuadrado, un representante “de la magia del folclore colombiano”.
“Es un gran honor brindarle reconocimiento a este notable grupo de artistas legendarios, pero a la vez muy activos con el Premio a la Excelencia Musical y el Premio del Consejo Directivo de este año”, dijo Gabriel Abaroa Jr., CEO de La Academia Latina de la Grabación.
Sus logros “han creado un legado en el mundo de la música latina que trasciende generaciones y fronteras. Estamos deseosos de homenajear y celebrar los logros de cada uno de ellos durante la Entrega Anual del Latin Grammy este próximo noviembre en el que volvemos a Las Vegas con nuestra resiliente comunidad de amantes de la música latina”.
El Premio a la Excelencia Musical se otorga a intérpretes que durante su carrera han hecho contribuciones creativas de sobresaliente valor artístico a la música latina y sus comunidades.
Mientras que el Premio del Consejo Directivo es para personas que han realizado importantes contribuciones a la música latina durante su carrera, pero no necesariamente en la forma de interpretaciones. El Consejo Directivo de La Academia Latina de la Grabación vota ambas distinciones.
Para la Academia Martinho da Vila, “se introduce en la esencia misma de la música brasileña: el corazón de la samba y sus variaciones, incluido el multicolor movimiento de la MPB (música popular brasileña)”.
El cantante mexicano Emmanuel es uno de los pocos artistas que definieron la balada con belleza y profundidad. Su debut discográfico con temas de su autoría, “Diez razones para cantar”, salió en 1977, cuando la balada alcanzaba una opulencia casi barroca. “Al final” (1979) fue un éxito internacional dos años más tarde.
El estadunidense Pete Escovedo/Sheila E, son una experiencia inolvidable: dos percusionistas que respiran al unísono, conectados por el espíritu del ritmo. Pete Michael Escovedo se enamoró de la música afrocaribeña durante su juventud y, motivado por esa pasión.
Fundó un sexteto de jazz con integrantes de su familia que se transformó en 1972 en Azteca, la legendaria banda de rock chicano. Cinco años más tarde, Escovedo se lanzó como solista, unificando elementos de jazz, salsa y Latin soul bajo la elegante cadencia de sus timbales. Nacida en una familia de música, Sheila Cecilia Escovedo se dio a conocer a fines de los años 70 como la apasionada percusionista de The George Duke Band. La fama internacional vino de la mano de Prince, que la invitó a participar en las sesiones del disco Purple Rain.
Como integrante del grupo que acompañaba a Prince en vivo, Sheila desarrolló un exquisito híbrido de pop, funk y música latina que apoyó los extraordinarios éxitos “The Glamorous Life” y “A Love Bizarre”. Fito Páez es uno de los cantautores más brillantes en la historia de la música argentina, que supo redefinir la esencia del pop-rock latino. Se dio a conocer a nivel nacional en 1985 gracias a su segundo disco, “Giros”, y en 1994 alcanzó la cima del éxito artístico y comercial con “El amor después del amor”, una obra maestra influenciada por el pop de los Beatles, con sutiles ecos del folclor argentino.
La dominicana Milly Quezada incursiona en un género dominado por los hombres hasta que ella hace su aparición en los años 70. Cambió la historia del merengue con la calidez y energía contagiosa de su voz. Siempre fiel a las auténticas raíces dominicanas del género bailable por excelencia, se ganó rápidamente el apodo de “reina del merengue”.
El español Joaquín Sabina elevó el arte de escribir canciones en español a alturas inesperadas, creando un universo musical caracterizado por su poesía excéntrica, pero sencilla y sus agudas observaciones sociopolíticas que han influido a varias generaciones.
Gilberto Santa Rosa fue uno de los pocos artistas de salsa que surgió en la década de los 80, cuando la explosión del género de la década anterior pasaba por una inevitable decadencia. Luego de participar en varias orquestas boricuas de los años 70, en 1981 fue contratado por el director de orquesta Willie Rosario, con lo que confirmó su reputación como promesa de la música tropical. Cuando lanzó su primer LP como solista, “Good Vibrations”, en 1986.
El ganador de cinco Latin Grammys había asimilado el azucarado estilo de la salsa romántica, fusionándolo con la intensa estética afrocaribeña que atesoraba.
Este envidiable equilibrio es la clave de himnos de la salsa contemporánea como “La agarro bajando”, “Conteo regresivo”, “Conciencia” y “Que alguien me diga”, además de ser un gran intérprete de electrizantes conciertos.