BUENOS AIRES. 20 de febrero de 2018.- Un niño de ocho años murió en febrero de 2017 luego de nadar en la laguna de Mar Chiquita, un espejo contaminado ubicado a unos 400 kilómetros de Buenos Aires. Sin embargo, las causas que originaron su muerte fueron un misterio hasta esta semana. A las pocas horas del baño, el pequeño levantó temperatura y sufrió cefaleas y vómitos, además de fotofobia y sonofobia (intolerancia a la luz y el sonido). Días después, al cuadro se sumaron fallas respiratorias y hemodinámicas, deterioro del sensorio, convulsiones y encefalitis. En pocos días, su vida se apagó.
De acuerdo con El País, se menciona que el primer diagnóstico que recibió la familia fue meningitis. Luego de hacer interconsultas entre hospitales descartaron esa hipótesis y se concluyó que el niño fue víctima de un caso de meningoencefalitis amebiana primaria (MAP) provocada por el parásito Naegleria fowleri, también conocido como la “ameba asesina” o “ameba come cerebros”. La Sociedad Internacional de Enfermedades Infecciosas (ISID) indicó ahora en un comunicado que “es el primer caso de MAP, documentado, producido por Naegleria fowleri en Argentina. Se trata de un caso autóctono, ya que el niño habría adquirido la infección en aguas de una laguna del sector contaminada”. Al parecer, todo sucedió en un segundo. El niño se arrojó al agua, la ameba entró por su nariz y se dirigió rápidamente al cerebro.
Se trata de una infección poco frecuente que tiene mayor incidencia en el verano, con apenas 40 casos en Estados Unidos entre 2007 y 2016. La MAP destruye en forma rápida el tejido cerebral por el accionar de la Naegleria fowleri, una ameba que está presente en todo el mundo, en lugares de agua dulce templada, como lagos y ríos, aunque su triste estreno en Argentina sería por efectos del cambio climático. La única forma en que entra al cuerpo es a través de la nariz. No es contagiosa ni se contrae al beber agua contaminada.