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MORELIA, Mich., 21 de diciembre de 2018.- En una noche memorable, llena de glamour y celebridades hace 81 años, el largometraje Blancanieves y los siete enanos se estrenó en el Carthay Circle Theatre de Hollywood.
La velada consagró a Walt Disney; los críticos no pararon de hacer elogios a la obra maestra de los dibujos animados, posicionándola en los listados como uno de los mejores filmes de su época.
Los periódicos con mayor prestigio como The New York Times, The Washington Post y Chicago Reader lo calificaron como un clásico.
El origen del éxito tuvo lugar cuando Walter Elías Disney fue a ver la proyección de Blancanieves, película muda dirigida por J.S Dawley y producida por Paramount cuando tenía tan sólo 15 años.
Su impresión fue tal que guardaría ese recuerdo por años hasta que, a mediados de los años 30, enfrentándose a su hermano mayor expuso a sus colaboradores la idea de recrear el cuento de los hermanos Grimm, detallando con maquetas, interpretaciones y canciones lo que esperaba del producto final.
Todo arrancó con gran entusiasmo y poco presupuesto, tan sólo 250 dólares que poco a poco fue aumentando de manera descomunal hasta la cantidad de un millón y medio, obligando a Disney a hipotecar su casa.
Entre las innovaciones del proyecto, destacan la cámara multiplano que permitió dar la ilusión de relieve, técnica revolucionaria para la época; la especialización de los dibujantes en los movimientos gestuales de los personajes teniendo como bases actores, el uso de color y música. Finalmente fueron necesarios 400 dibujos para lograr la obra.
Mientras que, los compositores Frank Churchill y Larry Morey fueron los encargados de realizar la música, teniendo tanto éxito que obtuvieron la nominación en los Oscar por la Mejor Banda Sonora, asimismo, los siete temas que componen el soundtrack fueron los primeros en ser distribuidos comercialmente por Disney.
En la décima edición de los premios de la Academia, Blancanieves no logró obtener el premio en su única nominación, asunto que indignó a todo el medio artístico, por lo que un año después de la mano de la actriz infantil del momento, Shirley Temple, le fue entregado a Walt Disney un Oscar honorífico por la categoría que en ese entonces no existía, Mejor Película de Animación.
Como cuestión peculiar, la usual estatuilla fue acompañada de otras siete en miniatura que representaban a los enanos.
Hoy en día, Blancanieves y los siete enanos sigue siendo el proyecto colosal y la obra maestra del astro del cine infantil.