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WASHINGTON, 02 de febrero de 2018.- Era de noche. Un grupo de agentes del equipo de élite SWAT ultimaba los preparativos para entrar en un chalet del noreste de Houston (Texas). La misión era rescatar a Ulises Valladares, un hombre de 47 años, secuestrado horas antes por personas supuestamente afiliadas a narcotraficantes mexicanos. A las 3:30 de la mañana, derribaron la puerta principal y tiraron granadas aturdidoras. En el caos, uno de los policías mató accidentalmente a tiros al secuestrado.
De acuerdo a la información de El País, se menciona que “Una operación con buenas intenciones para rescatar a un hombre ha acabado en una tragedia”, afirmó el jefe de la policía, Art Acevedo, que detalló la operación en una rueda de prensa esta semana. Los tres captores, dos hombres y una mujer, fueron detenidos y acusados de secuestro y robo agravado. El agente que disparó a Valladares ha sido dado de baja mientras el FBI investiga rigurosamente los hechos, según explicó un portavoz de la agencia.