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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de octubre de 2018.- Las agencias humanitarias de la ONU están listas para poder responder a algunas de las demandas de las autoridades indonesias para ayudar a los damnificados del terremoto y tsunami de la isla de Célebes, mientras que alertan sobre el riesgo para los niños no acompañados y la posibilidad de epidemias.
El Gobierno indonesio ha informado en las últimas horas que “dará la bienvenida a los organismos internacionales que puedan proveer asistencia específica sobre necesidades identificadas”, explicó en rueda de prensa el portavoz de la Oficina de Coordinación de Asuntos Humanitarios (OCHA), Jens Laerke.
“Lo que quieren es una respuesta caso por caso. El Gobierno tiene una gran capacidad y una gran experiencia en desastres. Habrá necesidades a las cuales la ONU podrá responder y otras no. Nosotros estamos dispuestos a ayudar. Pero hay muchísimos actores involucrados”, agregó Laerke.
Sostuvo que las prioridades señaladas por las autoridades son la ayuda con el transporte aéreo, con la generación de electricidad y con el abastecimiento de combustible.
Las autoridades indonesias elevaron hoy a 1.234 la cifra de víctimas mortales que causó el terremoto de magnitud 7,5 y el posterior tsunami que golpearon la isla de Célebes el viernes pasado.
Por otra parte, el portavoz de la Organización Mundial de la Salud (OMS) Tarik Jasarevic señaló el riesgo de que surjan epidemias, dado la falta de agua potable y la rotura de los sistemas de saneamiento.
Ya antes del terremoto, en la zona más afectada había casos de diarrea y problemas respiratorios, “con lo que algunos patógenos ya estaban presentes”.
Además, la malaria es endémica en la zona, y los mosquitos prosperan en lugares con agua estancada y falta de saneamiento.
Por ahora se sabe que un hospital ha quedado inutilizado por el sismo y las autoridades están evaluando el estado de otros centros de salud.
“Es esencial ayudar a los heridos, pero también a aquellos enfermos crónicos que hayan perdido sus medicinas, evaluar los niveles de inmunización, y reconstruir los centros sanitarios destruidos”, aseguró Jasarevic.
Agregó, además, que habrá una necesidad clara de tratamiento psicosocial para muchas de las víctimas.
El portavoz de la Agencia Nacional de Gestión de Desastres (BNPB), Sutopo Purwo Nugroho, señaló hoy que más allá de los fallecidos hay 799 heridos graves ingresados en distintos centros hospitalarios.
El portavoz del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (Unicef) Christoph Boulierac puso énfasis en destacar los problemas de protección que pueden surgir con niños no acompañados cuyos padres ha muerto o han desaparecido.
“El epicentro del terremoto y el tsunami es una región con un muy bajo porcentaje de registro de nacimientos. Según datos gubernamentales, solo el 33% de los niños menores de 5 años tiene un certificado de nacimiento.Sin identificación las labores de reunificación familiar se complican considerablemente”, explicó Boulierac.
En este sentido recordó el riesgo de explotación infantil y sexual y el posible tráfico de menores que se da en estos contextos.
El portavoz de Unicef puntualizó, además, que la región tiene una población muy joven (el 35 % de los habitantes son niños) y muy pobre (se considera que lo es el 43 % de los menores).
Subrayó que hay un alto porcentaje de menores que sufren desnutrición infantil y que el 41 % de los niños no crecen al nivel deseado.
Indonesia se asienta sobre el llamado Anillo de Fuego del Pacífico, una zona de gran actividad sísmica y volcánica en la que cada año se registran unos 7.000 terremotos, la mayoría moderados.