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CIUDAD DE MÉXICO, 31 de agosto de 2018.- A pesar de que durante su campaña rumbo a los comicios de julio pasado, el presidente electo de México, Andrés Manuel López Obrador dijo que incluiría una propuesta para abordar el problema de la desaparición forzada dentro de lo que ha llamado la política de la paz, hasta el momento no ha ahondado en qué consistirá dicha iniciativa.
Así lo manifestó la Oficina en México del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Derechos Humanos (ONU-DH) en México, al apuntar que el próximo Gobierno en México debe priorizar la lucha contra este mal.
“México tiene que superar la pesada herencia de decenios de negación, falta de reconocimiento de la dimensión del problema, ausencia de voluntad, ineficacia y revictimización. Es momento de que México inicie una nueva etapa y ponga fin a la angustia sin tregua que han enfrentado las miles de víctimas de desaparición en el país”, sostuvo Jan Jarab, representante de ONU-DH en México.
Recordó que casos como el de los 43 estudiantes de la escuela para maestros en Ayotzinapa, desaparecidos desde la noche del 26 de septiembre de 2014, exhiben las heridas que la historia de desapariciones forzadas han dejado en un país en el que las víctimas no encuentran justicia y las autoridades son incapaces, por colusión u omisión, de impedir que a las personas se las lleven contra su voluntad.
A propósito de que este 30 de agosto se conmemoró el Día Internacional de las Víctimas de Desapariciones Forzadas, la ONU-DH alentó al próximo Gobierno de México “a marcar un punto de quiebre y romper la trágica historia de dolor que ha acompañado a las víctimas de desaparición en México”.
Apenas en junio pasado, Jarab señaló su preocupación ante los más de 35 mil casos de desapariciones forzadas que han ocurrido desde que el gobierno mexicano lanzó una estrategia de seguridad nacional que declaró una guerra contra cárteles de la droga en 2007.