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SAN LUIS POTOSI, SLP., 9 de agosto de 2019.- Fue localizada una fosa clandestina en el municipio de Moctezuma, donde cocinaban cuerpos de potosinos desaparecidos y al parecer también de migrantes, ya que cerca de la zona que está a mitad del monte y forma parte de terrenos ejidales, pasa el tren que va hacia Laredo, una de las rutas más cortas para llegar a la frontera con Estados Unidos.
En esta fosa se ubica un pozo que data del siglo XVII, donde los calcinados habrían sido tirados, y es una de las más grandes halladas en el estado potosino. Según cifras de la Fiscalía General del Estado (FGE), de 2011 a 2018 se han encontrado 65 fosas en municipios como Coxcatlán y Ciudad Fernández.
El colectivo Voz y Dignidad por los Nuestros, integrado por familiares de víctimas desaparecidas, participa activamente en la búsqueda y en esta oportunidad no fue la excepción. Su presidenta, Edith Pérez Rodríguez, brindó el apoyo a Quadratín San Luis Potosí para ingresar al sitio, en compañía de personal de la FGE, además del titular de la Comisión Ejecutiva Estatal de Atención a Víctimas (Ceeav) Jorge Vega Arroyo, el director general de Acciones de Búsqueda de la misma comisión, pero a nivel nacional, Enrique Irazoque Palazuelos; personal del Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH), elementos de la Policía de Investigación y del Ejército Mexicano.
Luego de concretar la cita en la antigua estación Moctezuma del ferrocarril a las 9 de la mañana, comenzó la expedición hasta la zona donde autoridades y colectivos encontraron los primeros restos humanos calcinados.
Fueron alrededor de 20 minutos de camino de terracería y sobre la brecha se notaban las marcas de llantas dejadas por camionetas que continuamente pasaban sobre el camino, pero conforme se avanzaba, se sentía desolación, como si nunca hubiera pasado gente por ahí.
Al llegar sólo se podía observar una estructura de petate golpeada por el paso de los años, alrededor se encontraba vegetación árida, mezquites, nopales, espinas, nada, absolutamente nada que diera vida al despoblado.
La primera declaración fue hecha por la representante del colectivo Edith Pérez, quien describió como si fuera algo cotidiano -que para ella lo es desde hace más de 10 años-, la manera en que logran encontrar a personas desaparecidas.
“Todos los datos se nos brindan de manera anónima y nosotros buscamos los puntos para lograr encontrar algo de nuestros desaparecidos, ahora nos toca estar aquí en Moctezuma porque gracias a Dios encontramos restos humanos, están calcinados y de manera deplorable, pero tenemos la esperanza de que alguno de estos huesitos puedan darnos un positivo”.
La maestra Edith contestó a las preguntas, pero lamentablemente la principal quedó sin respuesta: ¿A cuántos cuerpos pertenecen estos huesos?
La representante de Voz y Dignidad adelantaba que llegaría más personal que colabora con ellos para esclarecer los hechos y adelantó un dato que fue reafirmado más tarde por personal del INAH, y es que el pozo tiene indicios de contener cuerpos.
Comentó que según los habitantes de la localidad, “continuamente veían pasar camiones con personas morenitas, lo que nos indica que los restos y/o cuerpos que pudiéramos encontrar aquí, la mayoría puede pertenecer a migrantes, porque esta es una de las rutas principales para llegar a la frontera”.
Al cabo de media hora, en la que se pusieron trajes especiales y sacaban los instrumentos que utilizan para indagar en este inhóspito terreno, llegó personal del INAH que primero analizó de vista la estructura y posteriormente tuvo la intención de bajar, cosa que no logró debido a su inestabilidad y la profundidad que se calcula es de 50 metros, pero con rastros de que fue modificada recientemente.
Ahí mismo, Luz María Montes Mariano, quien es la titular para la Atención de Víctimas Desaparecidas de la FGE, indicó que en todo momento se respetarían los derechos y privacidad de los familiares que estaban presentes, por lo que el material recabado por la Agencia de Noticias Quadratín sería totalmente supervisado.
Cerca de las 11:30 de la mañana continuaron con el análisis del pozo, tratando de averiguar la manera de entrar y 20 minutos después determinaron que solamente un espeleólogo con equipo pertinente podía realizar la acción, debido a la fragilidad del interior y su antigüedad, además que las estructuras adaptadas que encontraron tenían años en abandono, alrededor de cuatro y no lucían para nada seguras, por lo que continuaron con las mediciones de la cavidad.
Enseguida arribó el titular de la Ceeav, Jorge Vega Arroyo, quien dijo que su principal interés era apoyar. “Venimos a ver qué es lo que requieren para poder contribuir con ellos en la búsqueda de restos humanos; sí hay indicios de que pueda haber cuerpos en el fondo del pozo, ya que alrededor encontramos restos calcinados, lo que nos indica que efectivamente funcionó como una cocina y fosa clandestina”.
Asimismo, el representante del CEAV nacional, Enrique Irazoque, sostuvo que “la Fiscalía nos indica que continuamente encuentran cocinas y fosas que son parte del crimen organizado, sería poco ético decir que no hay más, hay que seguir trabajando hasta agotar la última zona”.
Indicó que “los datos nos dicen que faltan áreas por buscar y no dudo que con los hallazgos que hemos tenido, encontremos más, vemos que San Luis no lidera a nivel nacional este tema, sí están encontrándose más fosas, pero no como en Tamaulipas, Colima o Nayarit.
Estamos haciendo un registro nacional de las fosas que vamos encontrando desde el año 2006, esperamos pronto tenerlo para darlo a conocer”. Como fue señalado en un inicio, no fue posible el acceso ni videograbar ciertas áreas donde están encontrando más restos calcinados, solamente pudieron tomarse fotografías a distancia sin hacer acercamientos innecesarios.
BUSCA A SU HIJO DESDE 2009
Moisés Gámez desapareció desde el año 2009, cuando salía en compañía de tres de sus amigos de una fiesta de 15 años y a la fecha no hay siquiera una pista de su paradero.
Su padre, Guillermo Gámez Castro dijo que “cuando desapareció pusimos la denuncia, pero no tenemos nada desde entonces, fue cuando conocimos al Colectivo y empezamos a colaborar con ellos, convivimos con más familiares que han pasado lo mismo que nosotros, somos hermanos del mismo dolor”.
Relató que al momento de desaparecer, su hijo tenía 24 años de edad y en realidad “no tenemos ni una pista desde entonces, trabajamos y ayudamos para que las desapariciones en el estado dejen de suceder, la más afectada de todo esto ha sido mi esposa, yo sí tengo algo de esperanza pero a veces tiene uno que enseñarse a vivir con el dolor y no queda de otra, la vida debe seguir, tengo otro hijo y nietos, ellos son mi motor, esto es algo que no se lo deseo a nadie”.
El señor Guillermo se mostró accesible para hablar de su experiencia y consultado sobre lo que afirmó el secretario estatal de Seguridad Pública, Jaime Pineda Arteaga, de que San Luis Potosí es seguro, consideró que no hay tal.
“En muchas colonias nos tuvimos que organizar y unir los vecinos porque las autoridades no responden, no queda de otra más que defenderse uno mismo y entre nosotros, que luego sale contraproducente porque luego se mete uno en problemas con Derechos Humanos”, advirtió.
Quadratín San Luis Potosí agradece las facilidades otorgadas para llevar a cabo este trabajo periodístico. Por un lado, quedó de manifiesto que hay cierta esperanza en los ojos de familiares presentes que buscan por fin llenar un nicho o una tumba para cerrar su duelo y, por otro, hay cierta frialdad por años de trabajar en lo mismo.
Se percibe la soledad.