FGJ capacita a servidores del Tribunal Electoral en perspectiva de género
Seis miembros de una organización internacional de trata de personas fueron detenidos en México y Estados Unidos bajo cargos de tráfico sexual y conspiración, entre ellos algunos tlaxcaltecas, según informó el Departamento de Justicia.
De acuerdo con un comunicado, la acusación formal, emprendida en Estados Unidos, identifica a 14 víctimas del grupo criminal, el cual estuvo conformado por los integrantes de una familia y operó de 2000 a 2016 en ambos países.
En un comunicado, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) reveló que en una primera etapa de la investigación, personal de la Gendarmería y de Interpol México detuvieron en agosto pasado a dos hombres y a una mujer en el poblado de Tepetzintla, en el municipio San Juan Huactzinco, Tlaxcala.
“En la segunda etapa, misma que se desarrolló durante la madrugada de este 27 de octubre de 2016, en México, fueron detenidos cuatro sujetos (…) en Tenancingo, Tlaxcala”, agrega el comunicado.
Como parte de una acción bilateral coordinada, destaca Raúl Romero Granados, “Chicarcas” o “El Negro”, de 32 años, e Isaac Lomelí Rivera, “Giro”, de 34, fueron detenidos en Estados Unidos.
Mientras, en México fueron capturados Efraín Granados Corona, “Chavito” o “Cepillo”, de 41 años; Alan Romero Granados, “El Flaco”, de 24; Pedro Rojas Romero, de 37, y Emilio Rojas Romero, de 34.
Las detenciones se realizaron el 26 y 27 de octubre. Un séptimo sospechoso, Juan Romero Granados, “Chegoya” y “El Güero”, está fugitivo, indica el comunicado.
La organización criminal, conocida como “STO”, agrega, que solía enganchar a sus víctimas en México y las obligaba a prostituirse en el barrio de La Merced, en la capital del país, tras un proceso de envolvimiento que las separó de sus familias y las dejó vulnerables.
Después de un tiempo, eran conducidas ilegalmente a Estados Unidos, donde se las obligaba a trabajar en burdeles o bajo un esquema de “servicio de entrega”, en el que la víctima era llevada a la casa de un cliente por un chofer en Nueva York, Connecticut, Virginia, Nueva Jersey, Delaware y Maryland.
Por lo general, señala el comunicado, cada cliente pagó de 30 a 35 dólares por 15 minutos de sexo, de los que la mitad normalmente iba al chofer o al burdel, mientras que la otra parte iba a la víctima, que solía ser forzada a entregar todo a la organización.
Además, los traficantes enviaban los recursos por transferencias electrónicas para mantener a sus propias familias en México o para utilizarlo ellos mismos cuando decidían volver al país.
Por su parte, la Comisión Nacional de Seguridad (CNS) y la Procuraduría General de la República (PGR) informaron de su participación en la “Operación Tormenta”.