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TLAXCALA, Tlax., 18 de Noviembre de 2017.-En el marco de los festejos por la santificación de los Niños Mártires de Tlaxcala, Cristóbal, Antonio y Juan, este sábado 18 de noviembre, en el Seminario de la Y Griega, la Diócesis de Tlaxcala llevó a cabo la celebración religiosa de esta fiesta para la iglesia católica en la que el Cardenal Francisco Robles Ortega, presidente de la Conferencia del Episcopado Mexicano que hoy, mañana y siempre es posible la santidad.
Tras felicitar al Obispo de Tlaxcala, Julio César Salcedo Aquino, por su reciente nombramiento el oficiante Robles Ortega señaló que el inicio de su ministerio episcopal está marcado por la reciente canonización de Cristóbal, Antonio y Juan, protomártires de América y patronos de la niñez mexicana.
Ante cientos de feligreses que asistieron a presenciar y escuchar la misa concelebrada por una decena de prelados, hizo un urgente llamado a la evangelización, en el sentido de confiar en la fe católica y en ir más allá de esta vida, en el entendido que el sufrimiento y los límites terrenales con la firme esperanza de que hay otra vida.
Al citar a San Agustín, uno de los padres de la iglesia católica, les recordó a los católicos reunidos en el Seminario Mayor de la Diócesis de Tlaxcala, que lo importante del martirio cristiano es la causa por la que deben luchar todos, anuncio y testimonio d ela verdad, apegados al sacrificio, la penitencia, la constante ofrenda en el servicio, en la oración, en la escucha y el cumplimiento a los sacramentos cristianos.
“Esto es lo que los cristianos pueden darle al mundo de hoy que está tan necesitado de reconciliación y sentido, enseñando a vivir la vida constantemente bajo la misericordia infinita de dios”.
Al llamar a darle amor al prójimo, parafraseo al Papa Francisco en la homilía en la santificó a los niños mártires de Tlaxcala, en el sentido de que se debe evitar el egoísmo y se debe aceptar la invitación a vivir en el amor y en la libertad, entregándose al sacrificio como en su momento lo hizo Jesús, quien se negó a sí mismo y fue fiel a la máxima del evangelio que en una apología al martirio señala que “todo aquel que intente preservar su vida la perderá y quien la pierda la conservará”.
Finalmente llamó a todos los ahí reunidos a comprometerse con la entrega, a dejar el egoísmo y a vivir en el servicio, dejando los templos para salir y convertirse en luz del mundo, anunciando la fe cristiana, con base en una vida marcada marcada por el dialogo, la misericordia y la misión.
Y al recodar que Tlaxcala está cerca a cumplir los 500 años de su fundación, bendijo a todos los que habitan esta tierra y los llamó a trasmitir la fe cristiana, a través de buenas obras, de la vida cotidiana, con claridad y siendo ejemplo a los demás.
Cabe señalar que a raíz de la canonización los festejos para este 18 de noviembre concluirán a las 19 horas, una velada de adolescentes y jóvenes en honor a los Niños Mártires, todo esto en el Seminario de la Diócesis de Tlaxcala en Atlihuetzía.