Detienen a 7 personas y aseguran 600 kg de droga en cateos en CDMX
Morelia, Mich., 21 de abril.- Bien dicen que el tiempo vuela. Hace 11 años llegamos a Ciudad Lázaro Cárdenas horas después de un enfrentamiento entre policías y mineros. Habían muerto dos trabajadores.
El patio principal de la empresa acerera del Grupo Villacero (antes Sicartsa) y la calle de acceso parecían zona de guerra. El acceso era restringido. Enormes máquinas parecidas a los tractores, utilizadas para transportar materia prima para la producción de acero, ardían en llamas, lo mismo que una treintena de vehículos; homo por todos lados; los mineros se movían de un lado a otro como esperando otra embestida de los uniformados. También ardía | la oficina Monarca de archivos de la empresa.
Casi todos los mineros estaban consternados, indignados, molestos y llenos de odio. No les caía el veinte que por defender sus derechos, los hubieran sorprendido del lado de la laguna, y les dispararan con armas de fuego. Fue muy temprano, cuando había sólo unos 100 mineros cuidando las instalaciones de la siderúrgica.
Cuando corrió la voz del ataque, cientos de trabajadores se sumaron a la defensa, utilizaron pequeñas bolas de hierro, que son parte de la materia prima para la fabricación del acero, como proyectiles que lanzaron con sus manos. Hubo varios policías lesionados.
Fue el 20 de abril de 2006. Dos mineros murieron y 41 resultaron lesionados, dos de gravedad, tras el desalojo violento por 800 policías federales y estatales contra aproximadamente 500 trabajadores que se encontraban en huelga desde el 2 de abril, de ese año. Pero el desalojo fue momentáneo, después los mineros volvieron a recuperar parte de las instalaciones de lo que una vez fue Sicartsa.
Después de 11 años, al menos 4 mil trabajadores de la empresa siderúrgica Arcelor Mittal marcharon este jueves desde el monumento al Minero al centro de Ciudad Lázaro Cárdenas y luego a la Puerta 2 de la Siderúrgica, donde rindieron un homenaje a sus compañeros Héctor Álvarez Gómez y Mario Alberto Castillo que cayeron en el llamado “jueves negro”.
Según el dirigente nacional del Sindicato Nacional Minero, Napoleón Gómez Urrutia (La Jornada, 20 de abril, 2017), “el conflicto laboral comenzó porque la empresa acerera violó el contrato colectivo de trabajo de la sección 271 y no reconocía a los verdaderos y auténticos líderes gremiales electos por la mayoría de los trabajadores en asambleas democráticas y transparentes, violando también el derecho a la libertad de asociación garantizado en la Ley Federal del Trabajo, en la Constitución Política de México y en el Convenio 87 de la Organización Internacional del Trabajo (OIT)”.
Tuvieron tanta trascendencia los hechos que obligó al Grupo Villacero a vender la empresa a la trasnacional Arcalor Mittal, porque las relaciones laborales estaban totalmente rotas.
Finalmente la Siderúrgica Lázaro Cárdenas las Truchas (Sicartsa), que surgió tras un proyecto de décadas y que fue fundada en 1972 como una empresa de Estado, y privatizada en 1992 por el entonces presidente Carlos Salinas de Gortari, quien la “vendió” al Grupo Villacero en mil 439 millones de dólares.
Es una historia de mineros, pero en el fondo es la historia del México reciente de privatizaciones y pérdida de recursos naturales. Es muy sencillo entender lo que ha pasado en México en menos de tres décadas.