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Morelia, Mich., 9 de junio.- El panista Diego Fernández de Cevallos reveló que no está de acuerdo con lo que pasa en el Partido Acción Nacional (PAN), luego de que Margarita Zavala culpara a Ricardo Anaya de la derrota del blanquiazul en el Estado de México. El dirigente histórico mencionó que no cree que se deba denostar al presidente del partido al que perteneces, “respeto lo que cada quien hace, pero lamento la forma en que se ha expresado Margarita”.
Las palabras de Fernández de Cevallos también fueron una respuesta a Zavala luego de que subió un video para exigir al presidente del PAN para que deje de ser juez y parte —pues dirige el partido y también quiere ser candidato a la Presidencia— y para exigirle que el próximo mes se escoja al candidato a Los Pinos.
A un año de la elección presidencial el PAN enfrenta un problema serio de legitimidad, tanto interna como externa. No solo le pesa la derrota electoral de 2012, cuando Josefina Vázquez Mota obtuvo el tercer lugar, este mes el resultado de la jornada en el Estado de México deja al PAN como la cuarta fuerza electoral. Pero en esta crisis de los panistas pesa mucho el desempeño de 12 años de sus gobiernos, que estuvieron lejos de las expectativas que el propio partido había ofrecido a la sociedad mexicana.
Aunque se mantuvo la estabilidad macroeconómica y macro política en esos dos sexenios, la derecha mexicana no pudo cambiar la agenda política nacional en donde al igual que en los gobiernos del PRI su denominador común fue: la corrupción, la impunidad y la falta de eficiencia gubernamental. El sexenio de Calderón además estuvo marcado por crímenes de lesa humanidad, severas violaciones a los derechos humanos y una constante agresión a los periodistas.
En agosto de 2015 Ricardo Anaya fue electo vigésimo presidente nacional del PAN. La peculiar circunstancia de esta elección dio lugar al intento de una nueva narrativa panista, como consecuencia del resultado electoral de 2012 y del balance de los dos sexenios en el poder presidencial.
Esta semana que concluye los problemas se agudizan en el PAN, pero inician en 2015. El 21 de enero de hace dos años, se publicó una entrevista en la que el ex presidente Felipe Calderón criticaba fuertemente a la dirigencia del partido y mencionaba la posibilidad de dejarlo y fundar uno distinto “así sea que tome una o dos décadas para que fructifique. El enojo de Calderón era el resultado de que su esposa, Margarita Zavala, no había podido obtener la candidatura a una diputación plurinominal.
La declaración de Calderón dio lugar a que Juan Molinar, entonces presidente de la Fundación Preciado Hernández, político muy cercano a Madero y ex colaborador de Calderón, primero como director del Instituto Mexicano del Seguro Social y luego como titular de la Secretaría de Comunicaciones y Transportes, publicara una carta criticándolo.
Molinar señaló en su carta que Calderón, siendo presidente de la República, impuso a dos presidentes en el PAN y que no supo tolerar que sus candidatos perdieran la candidatura a la Presidencia para 2012 (Ernesto Cordero), y a la presidencia del partido en dos ocasiones (Roberto Gil en 2010 y Ernesto Cordero en 2014).
No toleró su cuarta derrota, la de su esposa para obtener una candidatura que según la carta de Molinar perdió en una elección interna frente a Cecilia Romero. Criticaba la personalidad de Calderón: “es un hombre de temperamento muy fuerte, y que le falta carácter para templar su temperamento”, además de que su trato con las demás personas lo ha llevado al aislamiento, pues las lastima y las maltrata. Al día siguiente, 28 de febrero, Calderón respondió a Molinar, también mediante carta pública: “Querido Juan, mientes”.
El tono era similar: descalificaciones personales y políticas. El 29 de abril pasado, en el Consejo Nacional del PAN, tuvo lugar un altercado, no se le puede llamar debate, entre Felipe Calderón y el consejero Juan José Rodríguez Prats, que mostró la intensidad de las divisiones al interior de ese partido. Una vez más, Calderón “amenazó con renunciar al PAN.
Calderón descalificó el padrón electoral y demandó un procedimiento electivo “que deje satisfechos a todos”. A su exigencia de reglas claras para todos los participantes (y no sólo para su esposa, Margarita Zavala), se sumó el ex gobernador Rafael Moreno Valle, quien le reclamó a Anaya, el apropiarse del uso de los spots del partido para promocionar su imagen. Desde este evento el PAN agudizó su crisis interna aunque busca aparentar una unidad que a todas luces es una ficción