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CIUDAD DE MÉXICO, 27 de marzo de 2019.- El Consejero Estatal del partido Morena en la capital del país, Alejandro Rojas Díaz Durán, exige que su juicio ante la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia sea público.
El también coordinador de asesores de Morena en el Senado de la República, y suplente de Ricardo Monreal Ávila, señaló a la lideresa del partido por facciosas decisiones.
En una carta pública emitida este miércoles, en la que hace un pronunciamiento sobre diversas inconformidades de su instituto político, Rojas Díaz Durán hace un llamado a la libertad de expresión entre los propios morenistas.
“Más que juzgarme, deberían alentar el debate democrático, impulsar la tolerancia, respetar a la pluralidad de opiniones divergentes y garantizar el derecho a la libertad de expresión que, por cierto, es la base de la libertad y de los derechos humanos, que son por excelencia inalienables, irrenunciables e imprescriptibles”, refiere el escrito.
“Que sea ante el escrutinio público el proceso al cual quieren desahogar con prisa, porque seguro le urge a la Nomenclatura inhabilitarme para tratar de impedir que siga defendiendo los intereses de millones de mujeres y hombres de Morena y de la sociedad civil que están siendo excluidos por las facciosas decisiones de Yeidckol Polevnsky, nuestra Secretaria General en funciones de Presidenta de Morena de participación en esta nueva era histórica que estamos viviendo”, demanda el consejero.
Aquí la carta pública íntegra a Morena y a la sociedad en general: Al partido al que pertenezco, Morena, le solicito, muy respetuosamente, que mi juicio sea público.
El no hacerlo sería desastroso para la transparencia y para la democracia interna y, además, convertiría a los miembros de la Comisión Nacional de Honestidad y Justicia en los nuevos Torquemadas de una Inquisición partidaria.
Morena debe ser el máximo garante de la libertad de expresión en México y no el principal sancionador y represor de la conciencia crítica de nosotros los militantes. Más que juzgarme, deberían alentar el debate democrático, impulsar la tolerancia, respetar a la pluralidad de opiniones divergentes y garantizar el derecho a la libertad de expresión que, por cierto, es la base de la libertad y de los derechos humanos, que son por excelencia inalienables, irrenunciables e imprescriptibles.
Antes de llevarme al cadalso de su oráculo censor, ustedes deberían de reflexionar que no tienen el derecho de prohibir y sofocar de manera represiva y autoritaria la crítica interna, como si la dirigente nacional fuese intocable o estuviese blindada por una áurea divina. No.
Eso no es aceptable en ningún sentido. Más bien, pareciera que la quieren proteger a toda costa de los que no coincidimos con su muy particular visión ideológica de la realidad y que –ratifico– está llevando a Morena a una colusión con las bases y con los liderazgos que no son tomados en cuenta, ya no digamos para merecidas candidaturas en las que han sido excluidos con artilugios y chicanadas, o por encuestas a modo; sino lo más grave es que tampoco han sido incorporados a las tareas de Morena en la promoción y en impulsar la 4ta Transformación en sus Municipios, en sus Distritos o en sus Estados con los múltiples sectores sociales, culturales, económicos y políticos.
Nadie los pela, mucho menos nuestra presidenta Yeidckol Polevnsky. Creo que coinciden en que la libertad fundamental que existe en Morena para criticar constructivamente a nuestros adversarios políticos es bien vista y hasta aplaudida por la inmensa mayoría de los mexicanos.
¿Estamos en lo correcto, verdad? Muchos de los que son parte de esa mafia del poder que tenía el control del Gobierno Federal en el prianato, se merecen eso y más por haber saqueado a la Nación.
Ellos contribuyeron con sus deliberadas acciones para que México hoy esté convertido en un cementerio, azotado todos los días por la violencia criminal y la inseguridad; al tiempo que ensancharon la desigualdad social y el brutal e inhumano empobrecimiento de millones de mexicanos de una manera insultante.
Contra ellos, como decía Juárez, que caiga todo el rigor de la ley a secas y se haga justicia pronta y expedita. También nos abrogamos en Morena el derecho cuasi monopólico de criticar y denostar de todo y sin medida a nuestros adversarios, sin que ninguno de nosotros haya sido sancionado por ninguna autoridad u órgano partidista que yo recuerde, siendo que hemos criticado hasta el exceso y hasta el cansancio, porque no había de otra –y qué bueno –fundada o infundadamente, a algunos mexicanos que no coinciden con nuestro proyecto político, luego entonces, yo me pregunto: Esos mismos derechos plenipotenciarios que nosotros mismos ejercemos con absoluta libertad hacia los demás, ¿también deberían reinar hacia el interior de Morena? Yo creo que sí.
Entonces: ¿por qué ese doble rasero?
Hacia afuera se vale todo; adentro no se tolera nada. ¡Vaya contradicción! Aquí alguien o algunos se están equivocando de manera peligrosa, porque están a punto de sentar un precedente que atenta contra todos los derechos y garantías políticas que salvaguarda nuestra Constitución y se estará virando hacia un proyecto autoritario, excluyente, censor y represor. Muchas veces la ideología nubla nuestra objetividad.
Espero que levanten su velo ideológico y defiendan el pleno derecho a la libertad, a la crítica fundada y propositiva que he venido realizando, misma que es coherente con toda mi trayectoria política que inicié desde muy joven.
Así lo acreditaré en ese juicio público, para que sea la sociedad la que sancione y no sólo ustedes desde su pedestal inquisidor. Confío en que no nos convirtamos en los candiles de la calle de la crítica, la defenestración y, a veces, llegar hasta el exceso del insulto a otros mexicanos, –a veces sin ningún fundamento–, para convertirnos en las oscuridades represoras de la libertad de expresión en nuestra propia casa que es Morena. Sería una contradicción ridícula y verdaderamente trágica, porque ni ustedes ni yo, somos poseedores de la verdad ni dueños de la conciencia de la Nación.
Por último y para que me vayan conociendo un poco antes de vernos, les dejaré un link al final de esta carta en donde podrán constatar que siempre he luchado en contra de la antidemocracia y del régimen político autoritario, el cual estamos obligados a desmantelar con inteligencia y de manera democrática, apoyando en esa tarea al Presidente Andrés Manuel López Obrador, en beneficio de millones de mexicanos que tenemos la esperanza de refundar una Nueva República y un renovado Estado Social y de Derecho, que sea resultado del proceso y del avance de la 4ta Transformación en la historia de México. Seguiré luchando por los derechos políticos, jurídicos y partidistas de mis compañeras y compañeros que han sido excluidos y marginados de Morena.
Nadie podrá detenerme, porque como dijo el poeta Pablo Neruda: podrán cortar todas las flores, pero no podrán detener la primavera. Seguiremos avanzando desde abajo y con la gente.
Estaré pendiente de su notificación y también espero su respuesta positiva, para que sea ante el escrutinio público el proceso al cual quieren desahogar con prisa, porque seguro le urge a la Nomenclatura inhabilitarme para tratar de impedir que siga defendiendo los intereses de millones de mujeres y hombres de Morena y de la sociedad civil que están siendo excluidos por las facciosas decisiones de Yeidckol Polevnsky, nuestra Secretaria General en funciones de Presidenta de Morena de participación en esta nueva era histórica que estamos viviendo. Gracias por su atención al leerme.
Les saludo cordialmente, Alejandro Rojas Díaz Durán, Consejero Estatal de Morena en la Ciudad de México, coordinador de Asesores de Morena en el Senado de la República y senador suplente de Ricardo Monreal Ávila.