Gabinete de Seguridad con importantes logros contra el crimen organizado
CIUDAD DE MÉXICO, 23 de junio de 2020. — Según una nota de información del secretario general de las ONU, António Guterres, sobre el mundo del trabajo y la pandemia del coronavirus Covid 19, casi todos los trabajadores del mundo, alrededor del 94 por ciento, en mayo de 2020 vivían en países sujetos a algún tipo de medidas de confinamiento.
Para el segundo trimestre de 2020 se prevé una pérdida masiva de horas de trabajo, equivalente a 305 millones de trabajos a tiempo completo , y el 38 por ciento de la población activa –aproximadamente 1.250 millones de trabajadores– trabaja en sectores de alto riesgo. Indica que las empresas pequeñas y medianas, el motor de la economía mundial, están sufriendo enormes dificultades y tal vez no sobrevivan.
Quienes viven en países en desarrollo y contextos frágiles afrontan los riesgos más importantes, en parte porque son menos resilientes.
Los datos son basados en datos y análisis de la Organización Internacional del Trabajo (OIT), advierte de que muchas de las personas que han perdido su trabajo y sus medios de vida en los últimos meses no podrán reincorporarse al mercado de trabajo en breve.
Las mujeres, en particular, se han visto duramente afectadas: trabajan en los sectores más gravemente afectados, y son las primeras que pierden el empleo y las últimas en regresar.
Asímismo las personas con discapacidad, que ya afrontan la exclusión en el mundo laboral, tienen menos probabilidades de regresar al trabajo durante la recuperación.
“El mundo del trabajo no puede, y no debe, seguir siendo el mismo después de esta crisis.
Ha llegado la hora de coordinar la actuación mundial, regional y nacional para generar un trabajo decente para todos como fundamento de una recuperación ecológica, inclusiva y resiliente.”
António Guterres, Secretario General de la ONU, según la nota informativa, dice las peores consecuencias socioeconómicas las padecen quienes ya sufren una situación de precariedad y con menos posibilidades de absorber otro golpe.
Los alrededor de dos mil millones de personas que trabajan en la economía informal –a menudo carentes de derechos laborales y de protección social– habrían visto caer sus ingresos en un 60 por ciento solo en el primer mes de la crisis.
A nivel mundial, más de cuatro de cada diez empleados en los sectores más perjudicados son personas jóvenes.
Esta situación, en combinación con la alteración de la enseñanza y la formación, los expone al riesgo de convertirse en la “generación del confinamiento” que padecerá las consecuencias de esta crisis durante largo tiempo.
“La pandemia de la COVID-19 ha sacudido al mundo entero.
No se ha salvado ningún trabajador, ninguna empresa y ningún lugar del mundo”, dijo el Secretario General de la ONU, António Guterres.
El Secretario General instó a actuar en tres frentes, en primer lugar, dar apoyo inmediato a los trabajadores, las empresas, los empleos y los ingresos en situación de riesgo, para evitar los cierres, la pérdida de puestos de trabajo y la caída de ingresos.
En segundo lugar, prestar mayor atención a la salud y a la actividad económica tras la supresión de las medidas de confinamiento, garantizando lugares de trabajo seguros y la protección de los derechos de todas las personas.
En tercer lugar, animar a movilizarse hacia una reactivación centrada en lo humano, ecológica, sostenible e incluyente, que utilice el potencial de las nuevas tecnologías para crear empleos decentes para todas las personas; y aprovechar las soluciones creativas y positivas que han desarrollado empresas y trabajadores para adaptarse a la nueva situación.
“El mundo del trabajo no puede, y no debe, seguir siendo el mismo después de esta crisis. Ha llegado la hora de coordinar la actuación mundial, regional y nacional para generar un trabajo decente para todos como fundamento de una recuperación ecológica, inclusiva y resiliente”, afirmó el Secretario General.