MORELIA, Mich., 23 de febrero de 2018.- La Cruzada Nacional contra el Hambre no ha solucionado la problemática de la pobreza extrema, ya que a cuatro años de su instrumentación, aún persisten deficiencias en su implementación y en la focalización de la población objetivo.
Así lo reveló el informe de la Cuenta Pública 2016 de la Auditoría Superior de la Federación (ASF) en donde señala que no se logró acreditar en qué medida se atendieron las carencias de las 7.1 millones de personas estimadas por el Consejo Nacional de Evaluación de la Política de Desarrollo Social (Coneval) que viven en esa situación.
En su apartado sobre alimentación de grupos vulnerables, el órgano auditor menciona que si bien, en 2016 se incrementó en un 67.8 por ciento el número de beneficiarios del Programa de Comedores Comunitarios, no existe la certeza de que quienes acceden a ellos se encuentren en pobreza o que la alimentación que recibieron fuera la adecuada, en términos nutrimentales.
Y es que en el capítulo 2 titulado Áreas clave con riesgo vinculadas directamente con desafíos nacionales, la ASF presenta un análisis sobre los rubros que enfrentan un entorno de riesgo respecto al cumplimiento de metas y objetivos, y que se vinculan con el desarrollo social en sus componentes de educación, salud y alimentación de grupos vulnerables, junto con temas de agua y política forestal. Ello, con el propósito de generar información que sea de relevancia para distintos actores, respecto a temas que tienen un impacto directo en la vida del ciudadano.
En salud, en materia de acceso efectivo a la atención médica con calidad, se observó que hubo un avance de 18.3 por ciento en la conformación del Sistema Universal de Salud, al adherirse el IMSS, el ISSSTE y tres entidades federativas al Acuerdo Nacional hacia la Universalización de los Servicios de Salud, con 6 mil 738 establecimientos médicos, de los 36 mil 892 registrados ante la Secretaría de Salud.
La ASF refiere que en cuanto a la infraestructura, equipamiento y disposición de recursos humanos, de 2004 a 2016 aumentó en 37.9 por ciento la cantidad de unidades médicas de consulta externa y de hospitalización.
Asimismo, indica que incrementó un 59.8 por ciento la de médicos y enfermeras, enfocados a atender a los derechohabientes de las instituciones de seguridad social y a los beneficiarios del Sistema de Protección Social en Salud.
No obstante, aclara que su crecimiento no fue proporcional al incremento de 97.8 por ciento de la población con acceso a servicios sanitarios en el sector público.
Por ello, la ASF consideró indispensable realizar un diagnóstico nacional sobre la cantidad, calidad y distribución de la infraestructura, el equipamiento y el personal sanitario, y que deberá tomar en cuenta las necesidades médicas asociadas a las condiciones demográfica y epidemiológica del país.