De hijos y nietos

CDMX, 2 de enero, 2017.- En los últimos días de diciembre, la Secretaría de Hacienda comunicó los aumentos a los combustibles que habrá a partir del primer día de enero. Un 14.2 % a la gasolina Magna; un 20.1 a la Premium y un 16.5 al Diésel. El responsable de las finanzas públicas, José Antonio Meade además nos informó que desde el 18 de febrero en adelante, el ajuste a los precios será diario. El titular de Hacienda en su recorrido por los principales medios de comunicación fue poco prudente cuando le expresó a la periodista Carmen Aristegui: “el que gana con el gasolinazo es el país, son nuestros hijos y son nuestros nietos”.

Presentar esta medida como una acción salvadora, y hasta patriótica, habiendo antes prometido que no habría más aumentos, es menospreciar la capacidad de discernimiento de la audiencia. Creer que lo que domina en la ciudadanía es la ignorancia, la apatía, la falta de conciencia y un respaldo incondicional a cualquier medida del gobierno es jugar con fuego. Estamos cansados de mentiras piadosas y justificaciones estultas, como esa de presentar el aumento de los precios de las gasolinas, como un pago para salvar el futuro de nuestros hijos y hasta de nuestros nietos.

La situación del país no podía ser más triste al iniciar el año 2017. Como si hubiera una burocracia eficiente y una seguridad en los caminos a los tecnócratas se les ocurrió concebir 90 precios diferentes de la gasolina, lo que no llevará a un auténtico caos.

Los costos de producción y traslado serán 90 veces determinantes en los precios. Se nos pide apoyar una medida impopular, cuando el año pasado vimos a una indolente y corrupta clase política medrar con las arcas públicas. ¿Qué sigue? Esperar como en los tiempos del ministro de finanzas de Porfirio Díaz, José Yves Limantour que el despreció por el pueblo siga su curso. En tanto, en el hotel Estrella del Mar, de Mazatlán, el presidente Peña Nieto disfrutó sus vacaciones jugando golf.