Sheinbaum firma decreto para fortalecer la industria textil nacional
LEONARDO BRAVO, Gro., 14 de marzo de 2020.- Productores del municipio de Leonardo Bravo (Chichihualco) ubicado en la sierra de Guerrero, destilan mezcal a pesar de la falta de apoyo de los tres órdenes de gobierno, y este año lucharán para esquivar a la delincuencia que asedia a la zona.
Es el caso de Humberto Sandoval, quien trabaja en la fábrica Los Limones, propiedad de su tío Lencho Marino, ubicada a la salida de Chichihualco, sobre la carretera federal a Chilpancingo.
“La violencia pues sí, nos afecta muy feo, en todos los aspectos, en lo que se refiere a la inseguridad, y a la situación económica, y moralmente también, y no tenemos opción, tenemos que trabajar así”, refirió. En la fábrica ya comenzó el trabajo de destilación. De cada tina de maguey cocido se espera obtener 70 litros de mezcal artesanal, cocido y de fermentación.
“Estamos produciendo al mes unos 70 litros por tina; tenemos 12 tinas en donde se almacena el maguey”, explicó. En entrevista, Humberto detalló que su producto oscila entre los 60 y 62 grados de alcohol, pero para comercializarlo se rebaja a entre 50 y 35 grados.
Los Limones existe desde hace cinco generaciones familiares, lo que representa más de cien años de producción de mezcal en Chichihualco. “Antes había en Chichihualco 12 fábricas de mezcal, hoy quedan cuatro, por un lado se han ido por la violencia, pero también es por la escasez de maguey.
Pero también tienen culpa las autoridades porque no nos apoyan para la producción ni comercialización del mezcal, sólo lo vendemos en los pueblos y a los que vienen de otros municipios”, lamentó.
Señaló que la demanda es que el estado destine apoyos y cree proyectos para elevar la producción y comercialización del mezcal. “Chichihualco es famoso en el país por la elaboración de balones de fútbol, pero nuestro mezcal no lo podemos exportar porque no nos voltean a ver por la violencia, no hay promoción, y por eso estamos rezagados”, apuntó
Para este 2020, Humberto Sandoval y sus diez trabajadores esperan producir unos mil litros de mezcal, cuya elaboración contribuirá a sus familias. Confían que la violencia e inseguridad disminuya en la Sierra para poder ofertar su producto en otras ciudades, como Chilpancingo e Iguala.