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Morelia, Mich., 31 de octubre, 2017.- Podría uno decir que es la misma cantaleta de todos los años, en el sentido en que la noche de muertos se ha convertido en una verdadera pachanga en Pátzcuaro y Tzintzuntzan. Pero también hay sitios donde se conserva la cultura y tradición. En lugares como Santa Fe, Jerónimo Purenchécuaro y Erongarícuaro, ubicados en la misma ribera del lago aún se conserva casi al 100 por ciento la tradición, el lenguaje y las costumbres ancestrales.
Pero hay pueblos que entraron a la modernidad ya la mercadotecnia. Los tiempos cambian, decía Bob Dylan, y esa zona purépecha no es la excepción. Desde miércoles, en Santa Fe de la Laguna algunos hogares, de acuerdo a sus creencias, recibirán la visita de “los angelitos”, como le llaman a las ánimas de los niños que fallecieron este año y a los que se les ha organizado una recepción especial.
“Como es costumbre, sus padrinos, tíos y familiares llegarán esta noche con fruta y alimentos para que el angelito se alimente, mientras que los familiares del difuntito levantan un altar lleno de flores y de santitos.
Mientras que otras familias que perdieron a una persona adulta este año, colocarán un arco de flores en la entrada de la puerta de la casa, con una cruz en la parte más elevada. Se coloca un camino con pétalos de la flor de cempasúchil; su atuendo sobre una silla, su sombrero y en el fondo de la ofrenda una decena de imágenes de santos de los que era creyente.
En tanto, Tzintzuntzan se convertirá en el mercado y la cantina más grande. El 31 de octubre comienzan los preparativos. La máxima atracción es el panteón, donde el día 1° en la noche se velan a los difuntos mayores toda la noche. Pero se ha convertido en un concurso para ver quién presenta la mejor ofrenda, incluso para ver que tumba es la mejor adornada y sale más veces en la tele y se le toman un mayor número de fotografías.
El día 1° la calle principal de Tzintzunzan se comienza a llenar de puestos de comida, bebidas, artesanías, ya que una vez que oscurezca se convertirá en un enorme mercado donde año con año se lleva a cabo esta tradición. Por la tarde noche arribarán a la zona lacustre miles de visitantes, principalmente en la cabecera municipal de Pátzcuaro y Tzintzuntzan.
Son las dos caras de la moneda, de igual forma vale la pena conocer parte de esta realidad purépecha, que no deja de ser colorida ni atractiva porque se disfruta de exquisitos ponches, corundas, pozole, y todo lo que llega de fuera de la comunidad, así que con tradición o sin ella, la Noche de Muertos en Michoacán es una experiencia que vale vivir.