Los sueños se alcanzan con dedicación y constancia: Lorena Cuéllar
CIUDAD DE MÉXICO, 19 de octubre de 2018.- Las pilas que se usan para laptops, cámaras fotográficas, teléfonos celulares, controles de televisión, consolas de juego y relojes representan un problema ambiental, porque este desecho contiene sustancias de elevada toxicidad que amenazan la salud del planeta, por ello investigadores del Instituto Politécnico Nacional (IPN) elaboraron y diseñaron un Plan de Manejo de Residuos para Pilas Primarias y Secundarias Modalidad Regional, debido a actualmente en el país no hay un instrumento de esta índole.
Según un estudio de la Unidad profesional Interdisciplinaria de Biotecnología (Upibi) en la Zona Metropolitana del Valle de México (ZMVM) se estima que un 64 por ciento de los habitantes de la Ciudad de México (CDMX) consume de 1 a 2 pilas al mes; 30 por ciento de 3 a 5, y el 6 por ciento restante más de 6, lo que representa una generación total anual de 124 millones 963 mil 449 pilas al año.
De acuerdo con el IPN, el tipo de pilas AA, AAA, C y D son utilizadas por 44 por ciento de la población; las recargables son usadas por el 29 por ciento, además el 24 por ciento utiliza las de ion de litio para celulares, laptops y cámaras), y las de tipo botón son las menos usadas con tres por ciento.
Para solucionar esta problemática, evitar riesgos al ambiente y a la salud de la población, las egresadas de la carrera en Ingeniería Ambiental de la Upibi, Brenda Domínguez Santillán, Luisa Martínez Hernández y su asesor Saúl Hernández Islas indicaron que este proyecto propone elementos, mecanismos preventivos, así como de planeación para unir sinergias y detonar políticas públicas para reducir los riesgos e impactos ambientales de las pilas.
“También promueve que no sólo llevemos este desecho a un centro de acopio temporal, sino que aprendamos a manejarlo e identificarlo, pero sobre todo a no generar residuos. Por ello, este plan ayudará a adoptar hábitos de consumo que permitirán generar menos residuos para contribuir a mitigar el cambio climático”, subrayó Hernández Islas.
Además cumple con la NOM-161-SEMARNAT-2011, en la que los residuos de pilas se clasifican como Residuos de Manejo Especial (RME), y están regulados por la Ley General para Prevención y Gestión Integral de los Residuos (LGPGIR), quien considera a los componentes de las pilas como peligrosos.
El jefe de la carrera de Ingeniería Ambiental de la Upibi señaló que el manejo actual de las pilas es deficiente, los programas implementados han carecido de difusión y seguimiento, por lo que el destino final de las pilas luego de su vida útil es una incógnita.
Esta iniciativa consta de varias etapas que cumplen con la normatividad correspondiente de cada uno de los sectores gubernamentales como son reducción de la fuente, Separación-clasificación, identificación-correcto embalaje, colector de pilas: incentivo ambiental, transporte, acopio y recolección, tratamiento o reciclaje y disposición final y economía ambiental.
Informó que las pilas recargables no se consumen lo suficiente, éstas sustituyen hasta 200 pilas primarias con el debido cuidado. Por ejemplo, en la recolección para este estudio sólo se consiguió una.
“Este proyecto sustentable no puede iniciar si no hay una educación ambiental basada en valores y acciones para reducir el uso de pilas. Lo primero es crear una concientización”, sentenció.