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GUADALAJARA, Jal; 29 de marzo de 2018.- Cada época del año tiene alimentos característicos, esos que le dan un toque especial a los recuerdos, y la Cuaresma no sería la misma sin las tradicionales empanadas que se venden en los alrededores de las iglesias, principalmente en el Centro Histórico de Guadalajara.
deliciosa tradición consiste en que durante la visita a los siete templos, simulando los recorridos que hizo Jesús el Jueves Santo hasta el Monte Calvario, los feligreses disfrutan de este pan casero.
“Yo hago la visita a los siete templos y en el camino me como unas empanadas de leche”, relata Lorenza Fernández, quien cada Semana Santa se traslada desde Tlajomulco de Zúñiga hasta el Centro de la capital tapatía como parte de este ritual religioso.
El ayuntamiento de Guadalajara para este periodo otorgó cerca de 200 permisos, con el fin de que los vendedores de empanadas pudieran colocar sus puestos en los atrios de las iglesias tapatías desde el 25 de marzo hasta el 1 de abril.
Sin embargo, no todo es dulce en este negocio, pues a diferencia de otros años, el incremento en los insumos básicos provocó un alza en el precio del pan, el cual se oferta desde los 10 hasta los 20 pesos, según la calidad del producto o el tipo de relleno.
Beatriz González, una de las comerciantes de la temporada, destacó que este año tuvo que elevar sus precios, en comparación con la Semana Santa de 2017, pues “el gas subió mucho, el huevo, la harina y la gasolina para traerlas desde la panadería”.
Los rellenos son tan diversos como la imaginación y el gusto lo permiten, pues hay empanadas dulces, principalmente de leche o frutas, y saladas que pueden ser de atún, rajas o champiñones.
Lo cierto es que ni el incremento de precios, ni las obras de la construcción de la Línea 3 del Tren Ligero pueden ser un impedimento para disfrutar de esta deliciosa tradición que le da sabor a la Semana Santa.