Al menos 13 restaurantes colapsaron en Puerto Marqués por John
Morelia, Mich., 18 de abril, 2017.- Finalmente fueron 28 personas las que perdieron la vida en el accidente vial ocurrido en la autopista mal llamada Siglo 21, y todavía hay tres más en el Hospital General en situación delicada. El problema se ha centrado en determinar quién fue el responsable, si el conductor de la pipa que transportaba combustible o el chofer del autobús.
Las autoridades deberían de tomar mayores medidas de seguridad en “autopistas” de un solo carril. Cobran una cantidad importantes por el peaje y no está garantizada la seguridad, sobre todo cuando se trata de una vía en la que transitan camiones cargueros que trasladan acero, y cientos de productos más de Lázaro Cárdenas a diferentes partes del país.
Esa autopista representa un grave riesgo, y en la medida que se incrementa el tránsito es mayor. El acotamiento no ha servido de mucho. Sólo hay que contar cuantas personas han perdido la vida o han resultado lesionadas en el tramo de Pátzcuaro a la ciudad portuaria.
Debería ser obligación que las unidades de carga y pasajeros cuenten con dos conductores, para que uno supervise al otro y pueda remplazarlo cuando esté cansado. Sabemos que las empresas de transporte quieren explotar al máximo sus unidades, y seguramente no lo aprobarán.
Los camiones y tráileres modernos pueden correr a más de 100 kilómetros por hora, aun con carga, pero debe haber una ley que les prohíba correr arriba de los 90 kilómetros por hora. Hemos visto en reportajes que son los principales causantes de accidentes en todas las carreteras del país.
Los autobuses turísticos o particulares que ofrecen un servicio también deben llevar dos conductores, y exigir que las unidades cumplan con ciertos años de uso, se pueden observar varadas por todas las carreteras; las fallas mecánicas se multiplican. Es decir, extremar las medidas de precaución.
En este accidente, no sólo fallecieron las 28 personas que viajaban en el autobús, sino que afectaron severamente a sus familias. Es necesario revisar a fondo lo que se puede hacer por disminuir el número de accidentes. Es penoso observar, con el asunto de la aseguradora, como las víctimas del percance se convierten en objetos o mercancías, y eso no se debe permitir.