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SAN LUIS POTOSÍ, SLP., 12 de abril 2019.- Luego de revelarse la primera fotografía de un agujero negro, Roberto Bartali Marchetti, maestro de astrofísica en la Universidad Autónoma de San Luis Potosí (UASLP), comentó que eso no es todo, pues “falta analizar datos referentes al que tenemos en nuestra propia galaxia” y verlos por dentro.
El agujero negro fotografiado se encuentra en el corazón de la galaxia M87 en la constelación de Virgo, y se trata de uno de los más pesados que existen, pues su masa equivale a 6 mil 500 millones de veces a la masa del sol, además que su diámetro es de 40 mil millones de kilómetros, ocho veces más que el tamaño del Sistema Solar.
La gráfica fue tomada por la iniciativa Telescopio del Horizonte de Sucesos (EHT por sus siglas en inglés), en el que participó un equipo internacional compuesto por 200 científicos que combinaron una red de ocho radiotelescopios ubicados alrededor del mundo.
El doctor dijo que este suceso demuestra, primero, que en México se realizan cosas importantes, pues el Gran Telescopio Milimétrico (GTM) de Puebla estuvo involucrado en el proyecto.
Al mismo tiempo consideró que coordinar ocho telescopios para las observaciones alrededor del mundo, no fue tarea fácil, ya que cada uno de los datos recolectados tuvo que ser sincronizado con un reloj atómico para saber en qué instante tomar cada byte, con una precisión superior a un microsegundo.
FORMAN LAS GALAXIAS
Bartali Marchetti explicó que hay muchas formas para crear un agujero negro, los más grandes nacen del colapso del núcleo de una estrella que son 20 veces más masivas que el sol.
Al final de su vida, el núcleo que solía producir energía colapsa y forma un agujero negro pequeño. “Con el paso del tiempo y dependiendo de su ubicación, los agujeros negros se fusionan entre sí para formar poco a poco las galaxias; después, éstas se fusionan incluyendo a sus respectivos agujeros, creciendo como una bola de nieve hasta tener los supermasivos como el fotografiado por el EHT”, explicó.
“Toda esa masa concentrada en una región extremadamente pequeña del espacio -llamada singularidad- está rodeada de otra región esférica que es el lugar donde la fuerza gravitacional es extremadamente fuerte, de tal manera que cualquier cosa pueda penetrar ahí, inclusive la luz que normalmente viaja a 300 mil kilómetros por segundo necesitaría viajar más rápido que eso para poder salir”, explicó el catedrático.
Agregó que alrededor de esa región (llamada el Horizonte de Eventos) toda la materia atrapada, que pueden ser estrellas o polvo, se convierten en partículas que orbitan y giran alrededor para formar una especie de dona, llamada el disco de acreción. Sin embargo, dentro de esta región se encuentra otra llamada Esfera de Luz o Fotones, que fue lo avistado en la fotografía.
“Es el último lugar en el que puede vivir la luz, antes de poder llegar y desaparecer dentro del agujero negro.
Todavía no podemos ver esa materia, el disco de acreción, ese es el futuro; estamos a un paso de llegar a ver el último lugar donde algo puede sobrevivir”, consideró.
FALTA VER POR DENTRO
Roberto Bartali Marchetti señaló que deberán agregarse telescopios al sistema con el GTM mejorado y nuevos instrumentos para ver el disco de acreción. Sin embargo, esta es otra tarea más complicada que la realizada por el EHT, “si queremos cosas todavía más complicadas, se necesita más gente y mínimo otros dos años porque es un análisis increíblemente complejo”.
Señaló que al no poderse analizar nada de lo que hay dentro de un agujero negro, sólo existen suposiciones a través de modelos teóricos, sin embargo, ninguno es capaz de predecir lo que sucede.
“El futuro también es tratar de averiguar qué es lo que ocurre justo en el punto de no regreso, para tratar de deducir qué es lo que podría estar ocurriendo allá adentro”, declaró.