Siguen ignorando aguacateros registro de trabajadores ante el IMSS
Morelia, Mich., 26 de julio, 2017.-Cada vez se acercan más los tiempos electorales, y aún hay muchas indefiniciones, proyectos de alianzas incongruentes, aparentes separaciones, y un enemigo común, que representa para muchos la única salida para transformar esta realidad cada vez más lacerante.
No podemos hablar de gallos ni de futurismo político. Lo que está en juego es demasiado, y todo parece indicar que los partidos tradicionales han optado por cualquier candidato, siempre y cuando no llegue el dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador.
El gobernador Silvano Aureoles podría ser el candidato del llamado Frente Amplio Democrático, pero el PRD no es mayoritario, así que seguramente el candidato sería del PAN, cualquiera, piense en Margarita Zavala, Ricardo Anaya o Rafael Moreno Valle, que sería tanto como regresar al poder a Felipe Calderón o a Vicente Fox.
No obstante, la ventaja, de integrarse tal Frente, sería para el PRI, porque todos sabemos que a pesar del desprestigio y del hartazgo social, tiene el control político de más del 20 por ciento del electorado, y si se le inyectan miles de millones de pesos ocurriría algo parecido al Estado de México. Pero además, si no le resulta, tiene un ejército de operadores políticos conocidos como “mapaches”.
El PRD, fuerzas progresistas y partidos verdaderamente opositores podrían lograr una alianza con Obrador, y así habría mayores posibilidades. Sin embargo, reiteramos, los peores enemigos de la izquierda están en la misma izquierda. Lo más grave es que quienes entienden aunque sea poquito de política consideran que el PAN y el PRD le están siguiendo el juego al PRI, independientemente de que ganara cualquier candidato de los tres partidos.
Lo más serio de todo esto, es que para muchos lo más importante es mantener el mismo sistema político de privilegios, que solo está hundiendo a la mayoría de los mexicanos. Incluso ganando Obrador tratarían de comérselo vivo, solo basta observar a Venezuela, Bolivia, Cuba, entre otros, que no comulgan con la política expansionista de Estados Unidos y de los grandes capitales del mundo. ¿Para dónde nos hacemos?