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GUADALAJARA, Jal., 3 de junio de 2018.-Cada año las regiones Sur y Costa Sur del estado de Jalisco pierden cerca del 1.5 por ciento de su territorio de selvas bajas y bosques, esto significa que en la última década la deforestación de estos terrenos suma 30 mil hectáreas, es decir, casi la totalidad del Área Protegida del Bosque de La Primavera.
Así lo dio a conocer el investigador del Departamento de Ecología y Recursos Naturales, del Centro Universitario de la Costa Sur (CUCSur) de la Universidad de Guadalajara (UdeG), Enrique Jardel Peláez, afirmó que la mayor parte de esta deforestación es provocada por el avance de terrenos agrícolas y áreas de pastizales y en menor medida por el crecimiento de las poblaciones.
Agregó que esto causa no sólo el cambio de uso de suelo donde antes había árboles que ayudan a regular el ciclo hidrológico, proteger los suelos y regular las condiciones climáticas; sino también pérdida de cobertura vegetal y diversidad biológica que arrasa con el hábitat de animales silvestres.
El académico universitario Jardel Peláez encabeza el proyecto de ordenamiento ecológico alrededor de los 10 municipios que forman parte de la Junta Intermunicipal del Río Ayuquila (JIRA): Tonaya, San Gabriel, Tuxcacuexco, Unión de Tula, Zapotitlán de Vadillo, Tolimán, Ejutla, El Grullo, El Limón y Autlán, y que busca la conservación de la biodiversidad de esta cuenca.
Los investigadores que trabajan en el proyecto han generado propuestas para lograr un equilibrio entre la conservación de la región y el aprovechamiento sostenible de sus recursos naturales.
Una de éstas es la creación de ocho zonas protegidas bajo un modelo de administración municipal o intermunicipal, que buscará la conservación de la región, aunque también permitiría actividades productivas, además de conectar las selvas y bosques de la región en un corredor montañoso que terminará en Puerto Vallarta.
“Estamos hablando de ocho nuevas unidades pequeñas de conservación, principalmente ubicadas en la Sierra en Cacoma, el Cañón del Río Ayuquila hacia El Corcovado, en la Sierra de Tuxcacuesco, que se conecta con la Sierra de Manantlán y todas las barrancas que la conectan con las faldas del Nevado de Colima.
En sí, la idea es mantener una especie de conectividad entre las áreas forestales”. Además, se fortalecería el trabajo en la Reserva de la Biósfera Sierra de Manantlán con cerca de 140 mil hectáreas, y el área protegida del Parque Nacional Nevado de Colima,