Deben agroquímicos verse como “la medicina del campo”: UMFFAAC
MORELIA, Mich., 03 de septiembre de 2018.- Familiares de donadores de órganos y pacientes que han recibido un trasplante, honraron la memoria de estos héroes y agradecieron este noble gesto que ha permitido salvar la vida de numerosas personas.
El domingo en la Catedral de Morelia, se llevó a cabo una misa especial de acción de gracias a iniciativa del Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) en Michoacán, como una forma de conmemorar la vida después de la vida.
A los 27 años de edad, Lázaro Escamilla, quien era originario de Aporo, sufrió un accidente automovilístico que lo dejó con muerte cerebral, pero gracias a la generosidad de su familia pudo salvar la vida de cuatro personas más, ya que tomaron la decisión de que se convirtiera en donador multiorgánico.
“La decisión la tomó la familia, mi mamá, principalmente. Estando en el Hospital del IMSS en Charo, nos dijo que ya no había nada qué hacer por mi hermano pero que la última opción que podíamos hacer era donar sus órganos”, relató su hermana Teresa.
Este septiembre se cumplen cuatro años de aquel fatídico accidente, pero desde entonces no han dejado de honrar la memoria de Lázaro, pues consideran que con esta noble causa, se les puede dar la oportunidad de vida a otras personas.
“Apoyamos la decisión de donar sus órganos porque creemos que hay vida después de la muerte. (…) En el momento es una decisión muy fuerte pero nos queda la satisfacción de saber que ayudamos a alguien más, que se ayudó a personas que lo necesitaban”, agregó.
Desde entonces, aprovechan la oportunidad para invitar a la población a que se conviertan en donadores voluntarios de órganos. “Hoy a nosotros nos tocó ser familiares de un donador pero no descartamos que algún día nosotros podamos estar del otro lado de necesitar un órgano”.
Jesús González tiene 27 años y es uno de los pacientes que se ha visto favorecido con un trasplante de tejido. Nació con una enfermedad degenerativa llamada queratocono que deforma las córneas y corría el riesgo de que si continuaba avanzando, el ojo derecho se le pudiera perforar.
Tras visitar varios especialistas supo que necesita un trasplante de córnea, así que se anotó en la lista de espera del Instituto Mexicano del Seguro Social y a los pocos meses le dieron la noticia de que podrían intervenirlo en breve.
“Me cambió la vida por completo. Después de un año mi visión quedó casi al 100 por ciento, pero con un lente de contacto veo más que perfecto, de hecho superé las expectativas”, compartió.
Tras su total recuperación que duró cerca de seis meses, logró titularse a los 15 días en una Licenciatura e inició una maestría en Ciencias que actualmente está por concluir, lo cual le ha permitido alcanzar varios logros profesionales dentro y fuera del país.
Hoy no deja de agradecer infinitamente a su donador de córnea, e incluso, tanto él como su familia han decidido convertirse en donadores voluntarios de órganos con fines de trasplante.
“Apoyamos campañas de donación, tenemos la camiseta bien puesta porque me interesa que en nuestro país se desarrolle esta cultura de la donación y que se lleven a cabo muchos trasplantes”, concluyó.