Detienen a 7 personas y aseguran 600 kg de droga en cateos en CDMX
Morelia, Mich., 4 de octubre, 2017.- Los del Frente y los de atrás buscan jalar con todo los reflectores porque saben perfectamente que el abanderado de MORENA les ha comido el mandado, y no porque Obrador tenga los grandes recursos, y una mayoría asegurada, si no por lo que han hecho y dejaron de hacer sus adversarios políticos.
A estas alturas del partido y del sexenio ya no hay mucha credibilidad en lo que debió ser la obligación de un gobierno y la fuerza política que lo respalda. El dirigente del tricolor, Enrique Ochoa Reza puede anunciar con bombo y platillos que darán todos los ingresos públicos del PRI para la reconstrucción de viviendas y edificios de los damnificados por los sismos del 7 y 19 de septiembre. Pero quién le cree. Lo que entra por un cajón sale por otro.
En tanto, el presidente de México está apresurando la reconstrucción de miles de casas para cacarear el huevo y tratar de “aclientarse” ante el electorado. Pero a estas alturas, hasta lo que hace bien se lo critican. Pero sabe que no está derrotado, porque finalmente es el dueño del balón y todos juegan bajo sus reglas. El problema es la legitimación. No es posible que ante el descontento social salgan con otra jugada como la realizada en el Estado de México.
Los del Frente aseguran que todo está bien planchado y que no habrá pleitos ni rebatingas. No obstante, entró como emergente el Jefe Diego, quien representa al innombrable Salinas, dicen algunos columnistas, pero más que conformar una enorme fuerza ciudadana, tal pareciera que le están engordando el caldo al PRI, quien sabe, pero no hay ningún analista político de confianza que niegue que el único enemigo a vencer es el tabasqueño, y no sacar de los Pinos al PRI, porque finalmente tanto el PAN como el PRD fueron comparsas en el Congreso de la Unión con la aprobación de las llamadas reformas estructurales.
Veremos lo que ocurre en el cierre de año. Pero no hay mucho qué esperar. Hay mucho “sospechosismo” no saben ni por dónde pegarle a Obrador, le dan uno y reciben dos. Pero lo que sobran son mañas, y ya falta menos.