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COLIMA, Col., 13 de septiembre de 2017.- ¡Ah que nanishe! ha que bueno, en zapoteco, es un restaurante de comida oaxaqueña con 30 años de tradición en Colima, por la calle 5 de mayo, seis hermanos de madre Juchiteca, que sienten en el alma, lo que ven que está pasando en su tierra.
Por ello se han organizado para en el restaurante herencia de sus padres, colocar un centro de acopio para llevar lo que recopilen de hoy hasta el martes próximo.
Animados por sus comensales e ir después ellos personalmente a donarlo a quienes lo necesitan y ellos todos viven aquí en Colima, pero viven con tristeza la desgracia de su tierra como lo señala Diana López Razgado.
“Estamos programados pasando el 20 de este mes, irnos juntarnos cosas hasta el día 20 y al día siguiente salimos y llevar todo, mi hermana Irma, la historiadora, Diana López y mi hijo Alejandro Valencia López y Gerardo nos vamos para llevar”.
Por su parte Adrián Padilla, invitó a la gente que lleve vivieres y enceres que se necesitan y sobre todo agradece la ayuda que les puedan brindar.
“Una buena respuesta de los clientes de amigos y conocidos, con los víveres que nos están trayendo”.
Debido a la inseguridad que se vive en la zona rentarán un autobús y los elementos de la familia López Razgado, estarán viajando en carro particular custodiando el camión para hacer llegar toda esta ayuda para ellos ahora que lo necesitan.
Finalmente, fue una prima Blanca Toledo Robledo, Juchiteca que habla Zapoteco, y que salió de Juchitán, Oaxaca hace 30 años pero cada año asiste a visitar a su familia, la que conmovida agradece y pide ayuda para nuestros hermanos Juchitecos, la zona más afectada del itsmo.
Ella que ahora en televisión reconoce algunas calles difícilmente por el paso de muerte que ha dejado las calles de Juchitán, se dice en zapoteco, “ gracias a ustedes por el apoyo que están dando a mi tierra, Juchitán, yo soy de Juchitán Oaxaca, yo me llamó Blanca Toledo, estoy agradeciendo a todo el mundo que está apoyando a mi tierra, para que llegue todo lo que están pidiendo, que llegué a Juchitán, donde los males llegaron, y a donde más necesitan ahorita, les doy gracias a todos muchas gracias”.
Su voz tiembla al igual que su piel, sus tez clara se enrojece al hablar y esfuerzo en su garganta es notorio, su vista perdida, y sus ojos cristalinos dejan ver la enorme tristeza que siente y que palpa, y dice que solo quiere que pasen los días para poder estar en Juchitán, abrazar a su familia y verificar que están bien, aunque sabe que Juchitán, ya es uno antes del sismo y otro después…