Sheinbaum impulsa reforma al Infonavit para erradicar la corrupción
Morelia, Mich., 28 de marzo, 2017.- Las mismas autoridades reconocen que el Ejército continúa en las calles es porque las policías locales fueron rebasadas.
Es evidente que tienen toda la razón. Pero también hay que aclarar algo, hasta antes del Mando Único, los responsables de los delitos federales, como el narcotráfico, le correspondía a las fuerzas de seguridad federal, que en su caso también fueron rebasadas por la delincuencia organizada.
En Chihuahua no hay con qué El gobernador de Chihuahua, el panista Javier Corrales admitió que no tiene con qué para hacerle frente al crimen organizado. Esa ha sido la realidad en las entidades donde el problema ha ocasionado una seria descomposición social. La crisis de seguridad de ejecuciones, secuestros, narcotráfico, giros negros y cientos de víctimas colaterales se agudizó a partir del año 2000. Pero a partir de 2006 se convirtió en un problema incontrolable.
No obstante desde la década de los 80 ya se hablaba de impunidad; de corrupción en las fuerzas de seguridad de los tres órdenes de gobierno; de altos funcionarios involucrados en la delincuencia, apenas como rumores, pero ya habían corridos que hablaban de algunos políticos metidos en el narcotráfico. Es cierto que la situación se ha complicado, pero sabemos perfectamente que será un proceso largo para abatir este lastre, incluso haciendo bien las cosas.
¿Ahora cuál es la disculpa del gobierno?
En verdad que el gobierno federal está metido en una buena bronca. Cómo le dice a la sociedad que todo está mejorando, y que los miles de millones de pesos invertidos están dando resultados. A dos meses de los comicios, no basta la saturación de mensajes propagandísticos para cambiar la percepción de la gente. El número de homicidios se ha incrementado, y los brotes de violencia se dan por todas partes.
Lo más indignante es que todo parece indicar que al gobierno federal le preocupa más ganar la elección del Estado de México que todo lo que está sucediendo en el país. Los discursos de los colaboradores del Presidente no son suficientes. Lo más triste y cruel es que en el terreno de los hechos no hay para dónde hacerse.