Sheinbaum anuncia inversión histórica de 157 mil mdp para trenes
Estado de México, 27 de diciembre, 2016.- En tiempos recientes, tres de las principales potencias económicas han sufrido una serie de cambios fundamentales en sus estructuras políticas. Dichas transformaciones ocurren ante un panorama económico adverso, que ha traído consigo una población cada vez más inconforme con el modelo económico liberal, y el surgimiento de nuevos actores políticos que han aprovechado la decadencia de dichos sistemas políticos.
Tanto la llegada de Donald Trump a la Casa Blanca, como la victoria del referéndum conocido como Brexit, representan las consecuencias de un proceso de globalización y un modelo económico, que han hecho cada vez más visible las grandes desigualdades económicas, con una casi inexistente distribución de la riqueza, que aún se concentra en el uno por ciento de la población mundial.
La globalización, vista como un proceso inherente e inevitable para el desarrollo del capitalismo moderno, llevó consigo a partir de la década de los años ochenta la liberalización y desregulación de los mercados financieros, que sin embargo, han generado y facilitado prácticas especulativas, la conformación de estructuras monopólicas y la generación de crisis financieras, como la ocurrida en el año 2008, que ha ocasionado la desaceleración económica a nivel mundial.
Mientras los estadounidenses miraban de esta manera cansados a un sistema económico que no les garantizaba un mejor nivel de vida, ni su posicionamiento de líder hegemónico frente al mundo; los británicos se encontraban en desacuerdo con asumir las políticas impuestas por la Unión Europea, que no les prometía un mayor desarrollo al interior de su nación.
Ambos países vieron surgir nuevos actores políticos que enuncian discursos xenófobos y de exclusión, moviendo y tocando las pasiones más recónditas de las clases medias, que se encontraban rezagadas de los beneficios directos de la misma globalización, y a ello se atribuye en gran parte su victoria. Ante dicho escenario internacional, cada vez toma más fuerza, de la misma manera y bajo la misma línea ideológica, el Frente Nacional en Francia, un partido de ultra derecha que aboga por la salida de su país de la Unión Europea y la defensa de su propia soberanía.
Su principal líder y presidenta del partido, Marie Le Pen, ha obtenido importantes triunfos para su partido en los últimos años, y ha sabido aprovechar la impopularidad del actual gobierno del socialista Fraçois Hollande, cuyos índices de aprobación social ascienden únicamente al 15 por ciento, en consecuencia lo ha llevado a renunciar a la posibilidad de participar en las próximas elecciones en 2017 para reelegirse en el cargo.
Se pueden encontrar diferentes similitudes de un discurso populista entre la francesa y el mismo Donald Trump, ella ha declarado en diferentes ocasiones que comparte diversas de las ideas y entonces propuestas del americano, tanto es así que definió la elección estadounidense como “una victoria ideológica”. De la misma manera su partido presentó hace unos días una iniciativa de reforma para negar a los extranjeros el acceso a la educación gratuita en su país.
Diversas son las declaraciones controvertidas que ha hecho Le Pen en torno al futuro de Francia, y ha sido cuestionada por los medios franceses, no obstante, deberíamos recordar que el fenómeno político llamado Donald Trump no estuvo muy distante de dichos cuestionamientos y consiguió consolidarse en la presidencia del aún país más poderoso del mundo.
Para persistir los sistemas políticos están determinados a cambiar en un mundo que se encuentra en constante transformación, y de tal manera se puede observar que existe una tendencia ideológica no muy lejana de lo que se conoció como nacionalismo algún día, pero con rasgos de políticas económicas proteccionistas que buscarán convivir con el modelo económico de libre mercado, volteando hacia el interior. La eterna nostalgia hacia el pasado, ha llevado a la política e incluso a los ciudadanos a pretender afrontar los grandes problemas con soluciones del ayer, la consagración del eterno retorno, diría Octavio Paz.
El autor cuenta con estudios en Ciencias Políticas y Administración Pública por la Facultad de Estudios Superiores Acatlán de la UNAM.