Preocupa a Delgado retraso en instalación de casillas
Morelia, Mich., 13 de abril, 2017.- Por falta de pruebas fueron liberados los nueve comuneros detenidos en Arantepacua, el pasado 5 de abril, después del presunto enfrentamiento. El motivo fue que no hubo pruebas que demostraran que ellos lesionaron a siete policías.
Tras una semana, en donde hubo un linchamiento mediático contra los purépechas, resulta que no hubo pruebas suficientes en contra de quienes presuntamente balearon a siete policías. En los últimos dos días, incluso, corrió la versión de que los agresores eran integrantes del crimen organizado.
No suena congruente, pero así es la ley y la justicia en México. Lo que sí quedó claro es que cuatro personas perdieron la vida en manos de policías. No se ha dicho nada en hacer justicia y hacer respetar la ley.
A ojo de buen cubero es que ante las presiones sociales y mediáticas nacionales e internacionales tuvo que buscarse una salida negociada, como siempre los muertos se quedarán en el recuerdo de los suyos; mientras que lo más probable es que los culpables anónimos serán integrantes del crimen organizado. No habrá uniformados o funcionarios responsables y se acabó.
También hay que aclarar que los conflictos en la Meseta tiene decenas de aristas, y que no es tan sencillo, porque los comuneros no son tan inocentes como muchos creen; los intereses políticos y gremiales están a la vista, pero lo cierto es que la mayoría de los habitantes purépechas viven en pobreza, son víctimas de abuso local y gubernamental, por eso es que siempre la paz y la tranquilidad penden de un hilo.