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SANTO DOMINGO TEHUANTEPEC, Oax., 29 de marzo de 2018.- En Jueves Santo se realiza en el templo del Barrio Lavorío en Tehuantepec la Penitencia del Centurión, una tradición de más de 150 años.
Esta penitencia trata del pago de una promesa que un joven hace tras haber quedado sano de alguna enfermedad.
En el atrio del templo, hombres y mujeres velan una cruz ornamentada, sobre los costados niños vestidos de ángeles y de Jesús se mecen en sus sillas, mientras “cuidan el santo”.
Varias mujeres vestidas de negro, velan una cruz. Se hincan, persignan el rostro y en silencio invocan a la imagen, después de unos minutos se retiran para dar paso a los demás que esperan su turno.
A unos metros del velatorio una capilla alterna sirve como celda para Jesús, quien es custodiado por un centurión desde las 8 de la mañana y hasta las 12 de la noche, sin dejar un minuto de caminar.
En uno de los lados del cuarto, hay cuatro mujeres vestidas completamente de negro con su respectivo “huipil” y “enahua”. Los hombres portan guayabera o camisa blanca con pantalón negro y simbolizan que son los próximos centuriones.
El Centurión carga una pesada careta y un paño negro que le cubre la cabeza, en una de sus manos sostiene un báculo que golpea el piso cada vez que da un paso y en la otra mano, una espada.
Tradicionalmente, la Penitencia del Centurión se hacía dentro del templo. Este año por los daños que dejó el sismo de septiembre en su estructura, se adaptó el escenario en el atrio de la iglesia.