La Armada de México es un baluarte de libertad: Claudia Sheinbaum
CDMX, 24 de mayo, 2017.-La Carta Democrática Interamericana estipula que la libertad de expresión y de prensa, en cuanto a derechos humanos, son esenciales en toda sociedad democrática, y fundamento de su existencia. El derecho internacional reconoce que todas las personas tienen derecho a la libertad de expresión y de prensa, cuyo pleno ejercicio es una herramienta para alcanzar otras libertades individuales. Los ataques a la libertad de expresión y la incapacidad del Estado para resolverlos, afectan no sólo a la democracia, sino al goce de otros derechos humanos por los cuales el Estado también es responsable.
En un contexto de impunidad como el que prevalece en México, las violaciones a la libertad de expresión y prensa son por desgracia una constante. La prensa mexicana está atrapada en un ciclo letal de violencia e impunidad. Pese a que las autoridades han designado a un nuevo fiscal especial para la investigación de delitos contra la libertad de expresión y han establecido un mecanismo de protección de periodistas, la falta de voluntad política para acabar con la impunidad convierte a nuestro país en uno de los países más peligrosos del mundo para el ejercicio del periodismo.
Nuestra nación es una de las más peligrosas del mundo para ejercer el periodismo, la impunidad endémica permite a los grupos criminales, los funcionarios corruptos y los carteles de la droga silenciar a sus críticos. Desde hace 32 años, diversas instituciones nacionales e internacionales han sacado a la luz una importante cantidad de informes sobre la violencia contra los periodistas en el país. Esto ha permitido disponer de un destacado número de fuentes documentales que han facilitado la exposición de cifras reales sobre las agresiones, el hostigamiento, los asesinatos e incluso las desapariciones de periodistas en toda la república.
Mientras el número y la diversidad de informes publicados sobre el tema se incrementaban con el paso de los años, lo hace también la cifra de periodistas víctimas de todo tipo de violencia. El número de periodistas asesinados se sitúa en cifras “record” y esta dinámica coloca al país como uno de los más peligrosos del mundo para el ejercicio de la profesión, diversos organismos nacionales e internacionales están exponiendo la alarmante impunidad que rodea a este tipo de crímenes violencia contra los periodistas ha sido un constante.
El periodo de mayor crisis se presenta en este 2017. Debido a lo anterior, hoy en día país se sitúa en uno de los puestos más bajos en cuanto a la libertad de prensa, según Reporteros Sin Fronteras. Las consecuencias de la violencia contra los periodistas se resumen en una disminución de la calidad informativa y un sesgo evidente en los contenidos que afecta a la “realidad” que se presenta a la audiencia. La censura va directamente vinculada a la autocensura, que es el peor de los “silencios” ya que lo promueve el propio periodista.
El autor del artículo es académico de la FCPyS de la UNAM