Recrimina Xóchitl sexenio de AMLO por más de 13 mil niños asesinados
Morelia, Mich., 27 de diciembre, 2016.- Para una parte de la población, los últimos 10 días del año representa un descanso, tranquilidad y relajamiento, incluso para aquellos que no cuentan con grandes cantidades de dinero. Sin embargo, en México ha crecido un sector social que no descansa ni está en paz. Me refiero a los familiares de desaparecidos y de todos aquellos que se encuentran presos.
En el caso de los padres de los 43 normalistas de Ayotzinapa e integrantes de organizaciones sociales, caminaros durante cuatro días desde la escuela normal de esa localidad del estado de Guerrero, para protestar ante el gobierno por la desaparición de sus hijos, y para que sepan que ellos, los familiares, no pueden estar tranquilos después de 27 meses que no saben qué les ocurrió a los jóvenes.
“El objetivo de la caravana es mostrar el pueblo de México que el consumismo y las fiestas de diciembre no diluyen los problemas sociales y el dolor que vivimos los mexicanos producto de la violencia y de la pobreza”, dijo uno de los padres de familia de los normalistas desaparecidos. (La Jornada).
También hay cientos de familias que no pudieron y no tuvieron con qué festejar la Navidad, porque sus esposos, hijos o familiares se encuentran presos. Obviamente que el mismo sentimiento es de aquellos que saben que sus parientes cometieron un delito, pero aquellos que saben que sus familiares son inocentes y se encuentran en la cárcel, como los más de 300 ex integrantes de grupos de autodefensa que están tras las rejas por defender a su gente, es decir que fueron detenidos porque estaban armados.
Han pasado décadas y lejos de observar mejoría en la calidad de vida, sobre todo en materia de justicia, se siguen cometiendo actos en contra de los derechos fundamentales del ser humano, aunque lo más grave es que podemos observar que los más crueles son quienes deberían procurar y administrar justicia.