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BOLUO, GUANDONG, China, 24 de junio de 2017.- La vista es formidable desde la punta de la montaña sagrada de Luofu, a bordo del teleférico que se extiende a lo largo de 20 kilómetros sobre un denso bosque bañado por la brisa, a mil 200 metros sobre el nivel del mar.
La montaña se yergue majestuosa en una superficie de 250 kilómetros cuadrados, en la orilla norte del East River en el noroeste del Condado de Boluo, Guangdong (Cantón en su forma españolizada), provincia China en el suroeste asiático.
Salimos de Huizhou, Guangdong en autobús, y dos horas después llegamos a este lugar turístico, apreciado especialmente por taoístas, budistas y confucionistas que lo visitan como un lugar especial para meditar en alguno de sus numerosos templos.
Estudiosos del taoísmo, como el escritor Gerard Guash, consideran que en la China Popular se da el renacimiento de los templos y monasterios, con la concurrencia de hombres y mujeres jóvenes, adeptos a corrientes que se podrían llamar “neo-taoístas”, quienes buscan la armonía con el universo y respetan toda forma de vida.
El Taoísmo, según la Real Academia Española, es la doctrina religiosa y filosófica fundada en China por Lao-Tsé en el siglo VI a. C. El efecto de este mágico lugar crece cuando pensamos que dentro de la cosmología china es básica la simbología del Yin (el lado oscuro de una montaña, al norte) y el Yang (el lado soleado de una montaña, al sur)
Los periodistas mexicanos del Club Primera Plana invitados por la Asociación Nacional de Periodistas de China (ACJA, All-China Journalist Association, por sus siglas en inglés) pudimos apreciar la montaña en todo su esplendor desde un mirador y luego a bordo de un teleférico que ealiza el trayecto sobre la espesa zona arbolada a lo largo de 20 kilómetros, por lo que es considerado el más largo del mundo.
Luego visitamos la Reserva Luofun Montaign, lugar de origen de la hierba de Ajenjo Dulce, cuya tintura permitió encontrar a la profesora. Tu Youyou la cura a la malaria, salvando la vida de millones de personas en Asia, África y América del Sur.
Este reducto dedicado a la medicina tradicional China, se ubica en la Montaña Luofu porque fue el lugar donde Ge Hong (284-363), maestro de medicina tradicional china de la dinastía Jin del Este (317-340 dC) recogió hierbas, desarrolló medicamentos y escribió el Manual clásico de práctica y emergencia de remedios clínicos.
Este Manual inspiró a la doctora china Tu Youyou, ganadora del premio Lasker estadounidense en 2011 y del Nobel de Medicina en 2015, a profundizar en la teoría de Ge, y para ello vivió en la montaña Luofo, para resolver el rompecabezas de la extracción de la Artemisinina, (conocida como Ajenjo Dulce), y usarla con éxito contra la malaria.
Existe la anécdota de que ella, nacida en Ningbó, China, fue la primera en usarla a nivel experimental, en 1969 cuando tenía 39 años de edad, y a quien tuvo que convencer de seguir con la investigación fue al líder comunista Mao Zedong.
La doctora Youyou recibió la mitad del premio Nobel 2015 en Fisiología o Medicina por descubrir la eficacia de la molécula antimalárica de la planta Artemisia annua, y la otra mitad fue compartida por Satoshi Omura y William Campbell por descubrir un nuevo compuesto, la avermectina, capaz de curar infecciones como la oncocercosis y la filariasis linfática.
Así que en este museo existe un jardín y un monumento que evoca a la doctora Youyou y la dedicación del maestro Ge Hong, se exhiben manuscritos con fórmulas de elixires, gran variedad de especies de plantas y flores con usos medicinales y hasta se muestran los instrumentos antiguos con que se molían y extraían las esencias de las plantas.
En este sitio, además se producen nuevos productos de la medicina tradicional china, como el que nos fue obsequiado, llamado Luofushan Baicao You, un aceite a base de las esencias de más de 100 plantas, con efectos extraordinariamente benéficos para la salud, ya que evita picaduras de mosquitos, mejora la circulación y limpia la sangre, además relaja los sentidos para lograr un buen descanso nocturno.