Controlan en 70% incendio de Ixtepeji, Oaxaca
CIUDAD DE MÉXICO, 25 de septiembre de 2021.-El crimen organizado como una opción laboral, representará siempre una oportunidad a quienes les resulte familiar algún tipo de violencia, que va desde la practicada al interior de un hogar o hasta la generada a partir del 2006 con la llamada guerra contra el narco, asegura la investigadora Karina García.
La Doctora por la Universidad de Bristol pasó dos años, de -2014 y 2015- en un albergue al norte de país, conviviendo y entrevistado a 33 hombres quienes formaron parte del algún cártel o grupo criminal, ejerciendo funciones de sicarios y narcomenudistas, pero optaron por un proceso de rehabilitación y accedieron a contar sus historias de vida, desde la niñez hasta lo que ellos llaman su redención.
Del encuentro entre la investigadora y los ex criminales surgió Morir es un alivio, un libro que remarca en 12 testimonios que la línea que separa víctimas y victimarios no solo es delgada sino que se entrecruzan en distintas etapas de la vida de una persona.
Karina García para sustentar su tesis de doctorado en ciencia política, buscaba conocer cómo es que un individuo llega a considerar la violencia del narcotráfico como una forma de vida y una forma de trabajo.
“Quiero pensar, y espero que así lo entenderán los lectores de estas 12 historias, que para mí un comportamiento violento, no se genera de la noche a la mañana, eso es un mito y es algo que me gustaría desmentir de una vez por todas. No es que estos individuos sean unos monstruos, psicópatas , o que tengan personalidades sádicas desde su nacimiento, como los asesinos seriales en los setentas que fueron tan famosos, estos son casos aislados. Aquí estamos hablando de un problema sistémico y es justamente lo que este libro trata de resaltar.
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