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CIUDAD DE MÉXICO, 29 de octubre de 2021.- Crimen organizado, un alcalde y un notario público fueron los últimos grandes temas que ventiló durante el mes en curso el periodista Fredy López Arévalo, asesinado la noche del jueves en San Cristóbal de las Casas, Chiapas.
El homicidio, que ha generado condena nacional e internacional, se produjo en las inmediaciones del domicilio particular del comunicador, quien retornaba de Tuxtla Gutiérrez, según la Fiscalía General de Chiapas.
Una revisión de su trabajo profesional revela que semanas atrás dio a conocer la caída de una aeronave cargada de droga en Boca del Cielo, en donde López Arévalo tenía una casa de descanso que visitaba con frecuencia.
Ese acontecimiento propició que el periodista denunciara la existencia de una banda criminal que opera desde la costa de Chiapas, en la cual participan jóvenes con motocicletas —conocidos como motonetos— y líderes indígenas.
La referida célula delictiva también posee una estructura de golpeadores y extorsionadores al servicio del mejor postor, principalmente de autoridades municipales y caciques de la región.
Otro detonante en la agenda de los últimos días del Fredy López fue el nuevo alcalde de San Cristóbal de las Casas, Mariano Ochoa Díaz, a quien acusó de formar parte de una generación de políticos corruptos.
Específicamente lo relacionó con supuestos actos de corrupción a su paso por el Gobierno de Chiapas, y en supuestos actos fraudulentos en colusión con empresas particulares.
El notario Horacio Culebro Borrayas fue mencionado por el comunicador por sus antecedentes en la comisión de los delitos de falsificación de documentos, asociación delictuosa y fraude, en agravio de particulares.
Este fedatario, de acuerdo con las publicaciones del periodista, ahora tiene nexos turbios con el Gobierno de Chiapas y nuevas autoridades municipales, no obstante su presunto antecedente delincuencial.
Fredy López Arévalo fue un periodista respetado en todo Chiapas, y su prestigio lo llevó a colaborar en medios nacionales influyentes como El Financiero, El Universal y Notimex, agencia para la que coordinó sus corresponsalías en la Península de Yucatán y entidades sureñas.