Sheinbaum responde a Trump: diálogo y cooperación, no amenazas
CIUDAD DE MÉXICO, 4 de abril de 2017.- Contrario a lo que se cree que la violencia sigue un patrón de las entidades federativas más pobres de la República, la coordinadora del Instituto para la Economía y la Paz (IEP) Patricia Obeso aseguró que el crimen organizado también está presente en los estados ricos como Nuevo León o los de la costa para acercarse a la frontera con Estados Unidos.
El estudio Índice de Paz en México 2017 (IPM), presentado este martes, señala que “dos grupos de violencia” traspasaron las fronteras de por lo menos cuatro estados.
El primer grupo se extiende a ambos lados de la frontera entre los estados de Sinaloa (lugar 30 del IPM) y Durango, prolongándose hacia el norte a Chihuahua (24) y hacia el sur a Zacatecas (26).
El segundo grupo se encuentra a lo largo de la costa, desde el extremo noroeste del estado de Jalisco, y hasta Colima, Michoacán, Guerrero, para finalizar en Oaxaca. Colima y Guerrero son los dos estados menos pacíficos de México, en tanto que Jalisco, Oaxaca y Michoacán se clasifican en los sitios 18, 19 y 23, respectivamente.
El reciente aumento en las tasas de homicidio es la tendencia más inquietante, pues luego de tres años de bajas significativas, el avance se revirtió en 2015 y 2016, cuando la tasa de homicidio llegó a casi 17 por cada 100 mil habitantes.
En 2014, la tasa había bajado a 13 en comparación con el pico de 20 muertes por cada 100 mil habitantes en 2011. La tendencia nacional a finales de 2016, la tasa nacional era aún 15.6 por ciento menor que en 2011, pero las mejoras se detuvieron.
Presos sin condena
El único indicador de la cuarta edición del IPM que no ha mejorado respecto a los niveles de 2011 es la tasa de presos sin condena, por lo que Obeso consideró que esto refleja el grado en que los gobiernos estatales hacen uso de la prisión preventiva, al encontrarse las cárceles en México a un 112 por ciento de su capacidad.
Paradójicamente, la tasa de presos sin condena mostró su primera mejora el año pasado, casi 11 mil personas menos fueron encarceladas sin sentencia, lo que puede ser reflejo de los avances en la implementación de la reforma de justicia.
Puebla, Baja California, Sonora, Jalisco y Estado de México tienen el mayor número de presos sin condena y las detenciones sin sentencia han caído más del 40 por ciento en Coahuila y Yucatán, dos de los estados más pacíficos del país.
“Es probable que en el futuro las mejoras vayan desde abajo hacia arriba. Las reformas comienzan a materializarse, pero la violencia tiene patrones localizados en México”, reza el documento.
Sin embargo, las fuerzas policiales municipales son consideradas las más corruptas de todas las agencias policiales, lo que significa que los gobiernos locales tienen más trabajo que hacer.
El análisis de la paz en el país arrojó resultados mixtos. Por un lado, la calificación nacional de la paz se deterioró el año pasado, en mayor medida por el incremento en homicidios dolosos. Por otro, se han logrado avances en algunas reformas estructurales como la implementación de las reformas al sistema de justicia.