¿Quién dice que la política no es negocio?

Morelia, Mich., 24 de agosto.- Lo hemos dicho y lo confirmamos: quienes ascienden en las altas esferas de la política saben perfectamente que entraron al mejor de los negocios. Muchos entraron a este quehacer con una mano atrás y otra adelante, y nada más fue que le cayera el primer hueso y la situación comenzó a cambiar.

Claro, como en todo, hay algunos que son muy ambiciosos, aquellos que tienen cuentas y propiedades en el extranjero; o bien  que a través de prestanombres se hicieron grandes fortunas. Sin embargo para la mayoría México no solo es el país de la corrupción sino de la impunidad. Nadie cree, que con atrapar  una decena o un ciento de políticos tranzas se acabó el problema.

Ahora le tocó el turno al dirigente nacional del PAN, Ricardo Anaya, quien a decir del diario El Universal, en tal solo 14 años sus suegros incrementaron su fortuna de 4 a 17 empresas y de 6 a 33 propiedades, con valor total de 308 millones de pesos. Sin contar las propiedades en el extranjero que tiene el panista.

Anaya dice que se trata de una venganza política del PRI. Claro que esto es posible, ya que una forma de atacar a los adversarios políticos es filtrando información a medios de información “amigos”, como ocurre frecuentemente con Televisa. Pero no dudaría que fuera fuego amigo, ya que hay grupos en este partido de derecha que les gustaría que la candidata presidencial fuera Margarita Zavala o Rafael Moreno Valle.

Hay que aclarar que no todos los priistas, panistas y perredistas tienen los mismos intereses. Algunos grupos viven felices  en el triángulo amoroso; pero otro no, no están de acuerdo con los según frentes, ni con los amores a escondidas.

Y esto son los golpes suavecitos, falta todavía ver lo que se espera al dirigente de Morena. No va a sentir lo duro sino lo tupido, o mejor dicho ya comenzó a sentir lo que es amar a Dios en tierra de políticos salvajes.