Detienen a 7 personas y aseguran 600 kg de droga en cateos en CDMX
Morelia, Mich., 8 de noviembre, 2017.- El hecho de que en lo que de este año se hayan suscitado más de mil incidentes violentos en cárceles mexicas (La Jornada), indica y nos muestra el tipo de país en el que vivimos. Dicen que las prisiones son el fiel reflejo de la sociedad. La gente lo sabe, aunque los gobiernos se hacen los desentendidos de todo lo que ocurre tras las rejas. La sociedad sabe de corrupción y el abuso que ahí se cometen.
Corrupción porque entran armas, droga y sexo. Porque hay lugares con los llamados autogobiernos. Porque los que vigilan a los presos son los mismos que están al servicio de los delincuentes más poderosos.
Los enfrentamientos que se han dado en prisiones del norte del país, entre grupos antagónicos que buscan el control de la prisión, nos dice mucho de lo que son las cárceles mexicanas. En películas alguna vez hemos observado prisiones asiáticas o africanas donde incluso la alimentación es insuficiente, y el sistema de vida es totalmente degradante. Mientras que en los penales de Estados Unidos se observa el primer mundo, pero no exentos de corrupción.
Pero nos interesa a nosotros lo que ocurre en nuestro país, más allá de la política y la desigualdad social, podemos observar gente inocente dentro de las cárceles y verdaderos pillos fuera de ella, muchas veces protegidos por el propio gobierno. Lo peor que puede ocurrir es que un ser querido llegue a ser recluido en un penal, sobre todo cuando el delito no es grave o cuando ni siquiera cometió ningún ilícito.
Es un tema complejo, al igual que la delincuencia organizada y la descomposición social. Pero allí están, miles de personas tras las rejas, donde la inmensa mayoría de los que participan para ajusticiarlos o defenderlos buscan sacar provecho.