Gobierno de México presenta la Plataforma, Receta Completa, del IMSS
CIUDAD DE MÉXICO, 5 de enero 2018.- El religioso paulino, Sergio Omar Sotelo Aguilar, quien dirige el Centro Católico Multimedial (CCM) aseguró que el 2017 fue un año trágico para la Iglesia en México.
Tan solo en el año que terminó, cuatro sacerdotes fueron asesinados en en el territorio nacional. Se trata de Joaquín Hernández Sifuentes, de la diócesis de Saltillo; Felipe Altamirano Carrillo, de la Prelatura del Nayar; José Miguel Machorro Alcalá, de la diócesis de Papantla, quien desempeñaba su ministerio en la Arquidiócesis de México, y Luis López Villa, de la diócesis de Nezahualcóyotl.
Estos casos han pasado a engrosar la lista de sacerdotes ultimados durante lo que va del sexenio del presidente de la República, Enrique Peña Nieto que comenzó en el 2012 y concluye este 2018, y que suma 19 sacerdotes, un religioso y cinco laicos asesinados, de acuerdo a la información publicada por el Sistema Informativo de la Arquidiócesis de México.
“19 sacerdotes han sido asesinados en la administración del presidente Peña, y no se ven intenciones de que el gobierno federal quiera hacer algo; al contrario, en el 2018 querrá cerrar las puertas y terminar”, lamentó el religioso.
El padre Omar Sotelo, quien el año pasado fue galardonado con el Premio Nacional de Periodismo por su investigación Tragedia y crisol del sacerdocio en México, difundida en el 2016, explicó que los sacerdotes asesinados en el actual sexenio del PRI, se suman a los registrados en la administración del ex presidente panista Felipe Calderón Hinojosa, donde hubo 17 sacerdotes, tres religiosos y cinco laicos ultimados en diversas circunstancias, por lo que “la situación resulta bastante alarmante”.
“Además –añade– en el 2017 varios sacerdotes fueron secuestrados, pero afortunadamente lograron salir con vida. Y no podemos dejar de lado el hecho sangriento en la Catedral Metropolitana que terminó con la vida del padre José Miguel Machorro, así como el atentado con un artefacto explosivo en la entrada de las oficinas administrativas de la Conferencia del Episcopado Mexicano, a un costado de la Basílica de Guadalupe”, detalló.
En los últimos años, el CCM ha venido documentando los crímenes contra ministros de culto en el país, demostrando con ello que México es la nación más peligrosa del mundo para ejercer el sacerdocio, dato que la misma agencia Fides (Órgano de información de las Obras Misionales Pontificias) confirmó recientemente.
En este sentido, el sacerdote paulino considera insólito y lamentable que siendo México una nación religiosa y sin guerra, se registre una cifra tan alta de sacerdotes asesinados.
“Existen otros países con conflictos bélicos, pero no han alcanzado esta cifra de violencia contra sacerdotes, además de las extorsiones y amenazas que sufren no sólo éstos, sino también religiosos y agentes de pastoral”, reprochó.
Expectativas poco alentadoras
Sobre lo que se espera en lo que resta de la administración del presidente Peña Nieto, misma que concluirá a finales del 2018, el padre Omar Sotelo, señaló: “yo creo que este año el gobierno federal querrá cerrar las puertas y terminar. Quisiéramos que fuera distinto, pero si en cinco años no vimos un trabajo serio a favor de la seguridad de los mexicanos, difícilmente lo vamos a ver en menos de un año. Así de simple.”
Consideró que el gobierno del presidente Peña ha sido ineficaz en diferentes aspectos, y esto ha llevado a una situación lamentable en el país. Sin embargo, señaló que si bien las expectativas en lo que resta del sexenio son pocas, “seguimos pidiendo a las autoridades que se pongan a trabajar, que centren su atención en este gran flagelo de la violencia que ha afectado a todos los sectores: funcionarios públicos, maestros, periodistas, sacerdotes, etc.
Seguridad, bandera electoral
En torno a los precandidatos a la Presidencia de la República, explicó el sacerdote que estos han hablado sólo de manera generalizada sobre la violencia en el país, y lamentablemente el tema de la seguridad se está utilizando más bien como bandera electoral, cuando debería ser una obligación. “Sobre la violencia a sacerdotes –precisó– no se ha dicho nada, por lo que esperamos que alguno de los precandidatos diga algo a favor de esta situación, y lo haga de manera fuerte y contundente”.
Finalmente, advirtió que las primeras acciones del nuevo presidente de México, sea quien sea, deberán ir encaminadas a ganar credibilidad, pues ese ha sido uno de los grandes problemas de las últimas administraciones. “Quien llegue a posicionarse como nuevo dirigente de la nación –concluyó– deberá ser una persona que muestre con hechos que se está actuando, pues de no ser así, caeremos en lo mismo: promesas tras promesas de campañas electorales, que terminan sencillamente por no cumplirse”.