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CIUDAD DE MÉXICO, 12 de julio de 2020. — El confinamiento por la pandemia del COVID-19 impactó en la acumulación del sargazo en el Caribe mexicano, debido a que las actividades se redujeron a lo esencial, y se espera que en los próximos meses lleguen a esta zona toneladas de la macroalga, provenientes del Océano Atlántico, por ello un equipo de expertos del Instituto Politécnico Nacional (IPN) realizará un diagnóstico integral sobre la afectación que ésta tiene en la calidad del agua, los sedimentos y ecosistemas, así como en la modificación de la línea de costa y de las playas, informó la doctora Norma Patricia Muñoz Sevilla, especialista del Centro Interdisciplinario de Investigaciones y Estudios sobre Medio Ambiente y Desarrollo (CIIEMAD).
En un comunicado, el secretario de Educación Pública, Esteban Moctezuma Barragán, ha señalado que la Nueva Escuela Mexicana trabaja para cimentar la educación ambiental en todos los niveles de enseñanza como pilar del bienestar humano y la sustentabilidad, por ello, construye planes y programas de estudio enfocados a la protección del medio ambiente.
A su vez, el director general del IPN, Mario Alberto Rodríguez Casas, ha destacado que el Politécnico realiza acciones encaminadas al adecuado manejo de los recursos naturales y se incluye en todos los programas educativos de las tres áreas del conocimiento el enfoque de sustentabilidad como parte de la formación integral de sus estudiantes.
Por su parte, la doctora Muñoz Sevilla puntualizó que en lugares de relevancia turística como Puerto Morelos, Playa del Carmen, Tulum o Cozumel es notoria la presencia de sargazo, asociado ya con pastos marinos y en ocasiones con otras especies de macroalgas de presencia común en la costa de Quintana Roo. Por ejemplo, en Akumal, la masa de esta planta acuática llega a tener de 40 o 50 metros de ancho desde la playa hacia mar adentro.
“En esta región donde predominan las propiedades privadas se dificulta y casi se imposibilita la limpieza de las playas, y por lo tanto la acumulación del sargazo es muy importante con la consecuente afectación, de ahí la relevancia del estudio del sargazo en todas sus facetas”, aseguró.
Para enfrentar este problema, la científica explicó que la intervención del equipo multidisciplinario del IPN consiste en analizar la probable correlación de los parámetros ambientales obtenidos en tiempo real de la estación meteorológica del Politécnico, ubicada en la localidad de Pez Maya, Reserva de la Biósfera de Sian Ka’an, en Quintana Roo, con “las arribazones” de la macroalga, en función de la composición química del recurso, es decir, cuáles serían las opciones que se tienen para darle un valor agregado, y con ello evitar la contaminación que su lixiviación pudiera generar en las aguas subterráneas de la Península de Yucatán.
Agregó que el grupo de expertos del Instituto trabajará en coordinación con el Comité Asesor del estado de Quintana Roo e investigadores de la región, quienes estudiarán diversos aspectos del sargazo, debido a que se encuentra a lo largo de los aproximadamente 700 kilómetros de la costa del Caribe mexicano.
Los científicos politécnicos realizarán un análisis de la macroalga en los laboratorios del CIIEMAD; mientras que el Centro de Desarrollo de Productos Bióticos (CeProBi) efectuará estudios de viabilidad para generar energía eléctrica, a partir del sargazo, señaló.
La también presidenta del Consejo del Cambio Climático e integrante del Sistema Nacional de Cambio Climático (Sinacc), dijo que normalmente el sargazo retirado de las playas es depositado en rellenos sanitarios al aire libre, donde la materia orgánica se descompone, genera líquidos que se filtran en el subsuelo y afecta las aguas subterráneas. Comentó que actualmente Cancún está en fase naranja y es uno de los cinco destinos turísticos del mundo que cuenta con una certificación internacional que le permite reabrir y ofrecer servicios a los visitantes en el regreso del confinamiento.
Pero se prevé que, en los próximos meses, lleguen al Caribe toneladas de sargazo provenientes del Océano Atlántico, lo cual afectaría nuevamente a la industria turística y se tendrían graves problemas ambientales de no atender adecuadamente esta situación.
La doctora Muñoz Sevilla detalló que en el proyecto, le corresponderá analizar la relación entre los parámetros ambientales registrados en la región durante los últimos tres años y la presencia del sargazo, así como continuar con el análisis proximal químico de la especie.
Mientras que el investigador del CIIEMAD, Jonathan Muthuswamy Ponniah, realizará la caracterización de sedimentos superficiales y capas profundas.
La doctora Sandra Morales García, especialista del Centro Mexicano para la Producción más Limpia (CMP+L), abordará el tema del agua; el doctor Francisco Rodríguez González, científico de CeProBi, llevará a cabo el estudio fisicoquímico de algas marinas y su aplicación en la remoción de iones metálicos.
También participarán alumnos de posgrado, quienes estudiarán el perfil de la línea de costa que ha registrado transformaciones por la acumulación de sargazo, así como la certificación internacional de playas.