Parvadas de pericos caen fulminadas por calor en la Huasteca Potosina
Morelia, Mich-, 17 de marzo, 2017.- Cuando acababa de ocurrir la masacre del 2 de octubre de 1968, el entonces conductor del noticiero, de la ahora empresa Televisa, Jacobo Zabludovsky, pidió a los televidente presentar pruebas si sabían algo de lo ocurrido en esa trágica noche, pero afuera de las instalaciones, no dejaron pasar a los denunciantes.
Han pasado décadas y no se ha aclarado oficialmente lo que ocurrió aquella noche de Tlatelolco, pero hay cientos de testimonios que han ido aclarando los hechos. Es obvio que no participó toda la milicia. El entonces secretario de Gobernación Luis Echeverría (después presidente de la República), declaró que no sabía nada de lo ocurrido en esa noche, y que sólo había recibido una llamada telefónica.
Ahora, el secretario de Gobernación, Miguel Ángel Osorio Chong, exigió al dirigente de Morena, Andrés Manuel López Obrador, presentar pruebas de sus dichos sobre la presunta responsabilidad de las fuerzas armadas en el caso Iguala. Además dijo que el tabasqueño debe detallar cuál fue su relación y apoyo a José Luis Abarca, ex alcalde de Iguala, Guerrero, a quien Osorio aludió como responsable del ataque de policías locales contra los 43 normalistas desaparecidos en septiembre de 2014.
Debe quedar claro que Obrador no es el responsable de la desaparición y posible muerte de los normalistas; aunque Abarca fuera parte de su grupo político en Guerrero. Por sentido común, Abarca no se hubiera echado una bronca de ese tamaño sin contar con el respaldo de alguna autoridad federal.
Lo mismo sería el caso del grupo del crimen organizado que supuestamente participó. No podemos asegurar que fueron militares los que estuvieron detrás de esa operación. Pero lo que sí estamos seguros es que el gobierno federal no encuentra cómo descreditar la imagen de Obrador. En tanto, el asunto de los 43 sigue pendiente, aunque se insista en sostener la llamada “verdad histórica”.