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CIUDAD DE MÉXICO, 2 de mayo de 2021.- Ante la inminente salida de México de la edición 2021 de la prueba PISA, las organizaciones integrantes del Movimiento Educación Con Rumbo (ECR) manifestamos nuestra posición en contra de que se suspendan las evaluaciones del aprendizaje para alumnos, de forma específica la prueba PISA.
Hacemos un llamado a defender una educación de excelencia, que comienza por la evaluación diagnóstica a toda la comunidad educativa: a la opinión pública, a la propia Secretaría de Educación Pública (SEP) y a su titular, Delfina Gómez; profesores, investigadores, padres de familia, funcionarios, servidores públicos, empresarios, legisladores y todos aquellos interesados y comprometidos con el presente y futuro de México.
En 2018 México participó en un conjunto de 80 países a nivel mundial en la prueba PISA, lo que le permitió tener información precisa y detallada sobre los aprendizajes en matemáticas, ciencias y lectura. Por ejemplo, gracias a PISA sabemos que 35% de los estudiantes de nuestro país no han conseguido aprendizajes suficientes en estas materias, cuando el promedio de los países pertenecientes a la OCDE es del 13%. Somos conscientes de que ningún instrumento que evalúe los aprendizajes de los alumnos es perfecto, no obstante, hay que admitir que se hacen esfuerzos metodológicos constantes por elaborar instrumentos lo más precisos posibles.
A continuación, presentamos nuestra postura sobre el tema, detallada en diez puntos:
1.- México empezó a dar pasos serios hacia la revisión de sus resultados educativos con la prueba ENLACE, se tuvieron algunos años de una prueba censal que nos dirigía a la comparación de resultados, pero se decidió suspenderla y cambiarla por la prueba PLANEA. Al llegar la actual administración, la suspendió y la única medición con la que contamos para conocer el nivel de aprendizaje de los alumnos es la prueba PISA. Actualmente no se cuenta con ningún otro instrumento para observar el desarrollo tanto de alumnos, como de maestros y del sistema educativo en general. Así que, al suspender la participación de México en la prueba PISA, perderemos el único instrumento restante para conocer las áreas de oportunidad y mejorar el aprendizaje de los alumnos. Es la única brújula que para conocer el rumbo de la educación en nuestro país.
2.- Si bien con el cambio de la prueba ENLACE a la prueba PLANEA, se tuvieron pérdidas de información, se diseñó un instrumento que otorgaba cierta información. Esta administración lleva dos años sin proponer líneas que permitan dar seguimiento a los aprendizajes. Por ejemplo, en el caso chileno, se cuenta con un sistema propio de evaluación que han sostenido en el tiempo y que les ha permitido tomar decisiones de política educativa. Nuestro país no cuenta con un sistema propio. El extinto INEE, fue sustituido por MejorEDU, que se encuentra limitado tanto por autonomía, como por recursos y facultades.
3.- Evaluar y ser evaluados por órganos externos, permite no ser autocomplacientes. Son procesos en los que hay que invertir recursos, por lo que al no participar en la prueba PISA, dejaremos de contar con el único ojo observador en esta materia. El gobierno debe acompañar a los maestros y a la comunidad educativa en las decisiones para mejorar los aprendizajes. Sin evaluación no sabremos qué rumbo tomar.
4.- Al abandonar México la edición 2021 de PISA, se perderá una de las fuentes que proporcionan información más detallada sobre los conocimientos y habilidades que logran adquirir o no, los alumnos mexicanos. Esta prueba sería fundamental para analizar cómo la pandemia afectó o modificó el aprendizaje de los estudiantes y qué necesitan para recuperarse.
5.- Es grave que se cancele la participación en la prueba PISA, pero más grave es que no existan explicaciones ni otras propuestas alternativas para evaluar la evolución del aprendizaje de nuestros alumnos.
6.- Reconocemos que se han dado críticas a la metodología de PISA, como en todos los procesos evaluativos, no obstante, también es una realidad que se ha ido mejorando para no sólo sumar calificaciones y porcentajes, sino para detectar cuestiones del contexto que son muy relevantes en el aprendizaje.
7.- El extitular de SEP, Esteban Moctezuma Barragán, estando aun al frente de esta dependencia, dijo que México continuaría con la aplicación de la prueba PISA, que en 2018 reveló que alrededor del 50% de los estudiantes mexicanos no contaban con las capacidades necesarias para desarrollarse en la sociedad, resultados que consideró, servirán de insumo para tomar decisiones en materia de política educativa.
8.- México requiere desarrollar una política robusta de evaluación del aprendizaje de sus alumnos para tomar mejores decisiones para aumentar el aprendizaje de más de 36 millones de estudiantes. Debe quedar claro que en cualquier ámbito es imprescindible medir resultados, pues lo que no se mide no se puede mejorar, lo cual es más delicado aun cuando se trata del futuro del país y de nuestros niños y jóvenes.
9.- Es inaceptable que, igual que con los libros de texto gratuitos, se tomen decisiones arbitrarias sin ningún sustento válido. El tema de fondo es la opacidad, la falta de resultados en el aprendizaje, una visión miope sobre la evaluación. Ante la falta de justificación y/o análisis para retirarse de la prueba PISA, exigimos una explicación, creemos firmemente que la comunidad educativa tiene derecho a conocer sus argumentos y justificaciones para cancelar dicho procedimiento, pero sobre todo las alternativas de evaluación que permitan tener insumos para mejorar el aprendizaje.
10.- Si el Gobierno se niega a analizar y medir la educación de nuestro país, promoveremos intensamente que, desde la sociedad civil y la comunidad internacional, se lleven a cabo acciones que generen información útil para conocer la situación real de la educación y el aprendizaje de los alumnos.